Suárez, voracidad infinita
El uruguayo, máximo goleador de la Premier, deja con un pie fuera a Inglaterra con su doblete, donde dice haberse sentido "acosado"
De Luis Suárez se pueden decir muchas cosas. Su capacidad para marcar es pasmosa, no parece saber qué es eso de tener la barriga llena e intercambia muecas de desesperación con sonrisas a partes iguales. En la práctica, son esos gestos los que le definen. No hay el uno sin el otro. Solo hay sonrisa si la tensión desaparece. Es una especie de condena.
Soñé mucho este partido. Lo imaginé muchas veces y tenía que calmarme por el ansia"
Ayer ante la joven Inglaterra, el delantero uruguayo, de 27 años, que debutada en el Mundial de Brasil tras perderse el primer partido ante Costa Rica (1-3) por lesión, marcó dos goles. Con ellos es ya el máximo goleador de la celeste, y prácticamente ha enviado a casa a la selección que representa al país en el que trabaja. En esa tarea le ayudó el equipo al completo, solidario hasta el mareo, -Pereira recibió un golpe en la sien de Sterling y pidió a gritos que no le sustituyeran a pesar de que durante unos instantes sus pies parecían no saber desenredarse-, pero, sobre todo, Cavani. El jugador del Paris Saint Germain le asistió en el primer gol con un centro que Suárez abrillantó de cabeza. El segundo tanto vino después de una carrera agónica que culminó con un zapatazo brutal.
"Soñé mucho este partido. Lo imaginé muchas veces y tenía que calmarme por el ansia y las ganas. Cuando pegué a la pelota lo hice por todo lo que viví. Sobre todo por lo que se había dicho de mí en el último encuentro", declaró el delantero del Liverpool tras la victoria. "Tengo que agradecer a mucha gente por lo que he vivido. Sobre todo a mi mujer y mis dos hijos que han venido conmigo a todas partes. También a Walter Ferreira, el fisioterapeuta, que me recuperó, porque sin él no hubiera estado aquí. Después al equipo y cuerpo técnico que me animaron al día a día", añadió.
Cahill, central del Chelsea, y Jagielka, guardián del Everton, padecieron los desmarques, saltos, regates, quiebros, acelerones... de Suárez. No fue suficiente. Y eso que ya le conocen. Con la camiseta de los 'reds', el ariete uruguayo ha marcado 31 goles este curso en la Premier League, coronándose como el máximo goleador del campeonato. Su mejor registro desde que llegó a Anfield desde el Ajax en 2010 por 26 millones y medio de euros. Aquel curso, el Liverpool fichó a Andy Carroll para que formase pareja de ataque con él, por 41 millones. El verano de 2012, el inglés fue cedido al West Ham, y un año después traspasado por 19 millones y medio de euros. El valor de mercado de Suárez, según la web transfermarket.es, es de 52 millones, el noveno en la lista de los más apreciados.
Ha sido sancionado en varias ocasiones por conducta antideportiva
Las sombras del Luis Suárez existen, en parte, por la ansiedad que le rodea. Hoy es el jugador mejor pagado del Liverpool, con un sueldo que ronda los 190.000 euros semanales, después de firmar su renovación en diciembre de 2013 hasta 2016 por un total de 26,5 millones. "Sin duda el apoyo que he recibido de los seguidores del Liverpool ha tenido una influencia en mi decisión. Estoy muy orgulloso de representarlos y de hacer todo lo mejor por ellos cada vez que me pongo la camiseta", dijo por entonces. Pero esa felicidad no siempre existió.
"Quiero una transferencia para jugar en la Liga de Campeones y hay un club que me ofrece esa posibilidad. Le he dicho al entrenador que quiero dejar el club. Me acusan de falta de lealtad, pero el año pasado tuve la posibilidad de ir a un club grande de Europa y me quedé pensando que si no clasificábamos a la Liga de Campeones en la siguiente temporada me iban a dejar partir". Estas declaraciones fueron recogidas por el 'Daily Telegraph' en agosto de 2013. El Arsenal había presentado una oferta por Suárez de 48,5 millones y el jugador estaba dispuesto a marcharse. El Liverpool había concluido la temporada en 7.ª posición, después de un arranque desastroso y de haber coqueteado con los puestos de descenso durante un tramo del campeonato, por lo que no disputaría ninguna competición europea al curso siguiente.
La vida extradeportiva de Suárez tampoco parecía demasiado apropiada. "El Liverpool es un club espectacular, pero ellos saben el acoso que yo recibo de la prensa", comentó el jugador durante una rueda de prensa con Uruguay. Ese "acoso" al que se refiere el futbolista se fundamenta en sus reiterados incidentes dentro del campo. Tras el partido que disputaron Liverpool y Manchester United en la temporada 2011-2012, Evra, defensa de los 'red devils' declaró haber recibido insultos racistas por parte de Suárez durante todo el encuentro. La FA (Asociación de Fútbol de Inglaterra) entró a investigar las acusaciones del internacional francés, quien, además lo llevó por la vía judicial. Sería un juez el que determinase que sí que había habido un intercambio de insultos, por lo que la FA le castigó finalmente con 8 partidos de sanción y una multa de 40.000 libras.
Suárez cumplió la sanción y al reencontrase con Evra la temporada siguiente el uruguayo le negó el saludo antes del encuentro. "Suárez es una vergüenza para el Liverpool, y no debería volver a jugar por él", declaró Ferguson tras el encuentro.
No es esta la única polémica en la que se ha visto envuelto el charrúa en la liga inglesa. Esta temporada, durante el partido contra el Chelsea, Suárez, de nuevo desesperado, mordió a Ivanovic, defensa 'blue'. La FA entró a valorar la jugada y determinó una sanción de diez partidos. Esta acción le valió el apelativo de "caníbal" y una serie de portadas en la prensa inglesa en las que aparecía caracterizado como Hannibal Lecter, personaje de la película "El silencio de los corderos": Antes del encuentro ante Inglaterra, los diarios ingleses volvieron a jugar con esta figura, esta vez para motivar a sus jugadores.
Esa es la condena que persigue a Luis Suárez. Un jugador hambriento, imprevisible, y al que Uruguay adora. Y tiene motivos. Quizá ahora en Inglaterra, eso de caníbal, se lo llamen por su doblete.
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