Mercedes hace suya la casa de Red Bull

Red Bull no ha reparado en gastos a la hora de remodelar el antiguo circuito de Osterreichring para convertirlo en el actual Red Bull Ring, una instalación modélica adecuada a los tiempos que corren y emplazada en un paraje de cuento, entre los bosques y montañas que rodean Spielberg. Tanto esfuerzo para que llegue Mercedes y se pasee por la pista como si fuera el jardín de su propia casa y domine la primera jornada de ensayos del Gran Premio de Austria con la misma autoridad con que lo hace desde el arranque del Mundial. Lewis Hamilton lideró la tabla de tiempos de la sesión de la tarde, con tres décimas de margen sobre su compañero y líder del certamen, Nico Rosberg. Entre los dos pilotos de las flechas de plata y los demás, casi siete décimas, una eternidad si tenemos en cuenta que la cuerda del trazado no llega a los 4,4 kilómetros. El tercero más rápido fue Fernando Alonso, a nueve décimas de Hamilton, mientras que el cuarto fue Valtteri Bottas (Williams), con un tiempo prácticamente calcado al del español de Ferrari. El primer Red Bull fue el de Sebastian Vettel, el sexto, a 1,2 segundos del británico.

Dos semanas después del sofocón que Mercedes sufrió en Canadá, donde la escudería de Brackley (Gran Bretaña) dejó escapar el triunfo por primera vez en este 2014, es más que improbable que la historia se repita en Austria. Básicamente por dos circunstancias: la temperatura, mucho más baja que la que se dio en Montreal, y las modificaciones que ha hecho la marca de la estrella en sus dos prototipos para refrigerar mejor la parte eléctrica de la unidad de potencia.

Así las cosas, todo parece dispuesto para que la octava cita del calendario vuelva a ofrecer un duelo cerrado entre Rosberg y Hamilton. Si el primero reforzó su posición al frente de la tabla de puntos en Canadá, donde terminó por detrás del ganador (Daniel Ricciardo), el segundo comienza a impacientarse porque no es capaz de materializar la superioridad que él cree posee en relación con su vecino de taller.