Triste vuelta al trabajo de España

De vuelta a Curitiba, los hombres de Vicente Del Bosque, eliminados ya del Mundial en el que defendían el título de campeones del mundo, han protagonizado un entrenamiento frio, por las condiciones anímicas y climáticas, y penoso como pocos. En un silencio que resultó doloroso, y a diez grados, diecisiete grados menos de temperatura de los que se registraron el día antes en Maracaná, durante el partido contra Chile, los futbolistas españoles han tratado de imponer su profesionalidad a la adversidad.

Apenas diez minutos han estado sobre el césped de la ciudad deportiva del Club Atlético Paranaense los jugadores que fueron titulares en el segundo partido de la fase de grupos, en los que solamente han realizado un par de carreras a lo ancho del campo, a instancias de Javier Miñano, el preparador físico.

Del Bosque, más atento a las evoluciones del resto del grupo, apenas si ha abierto la boca durante la sesión de trabajo en la que el grupo no han podido disimular la desazón que les invade. De noche, bajo los focos, los futbolistas, muchos de ellos con prendas de abrigo dadas las bajas temperaturas, han llevado a cabio uno de los entrenamientos más tristes que se le recuerdan a la roja, convertida en un auténtico guiñapo.

A la espera de la disputa del último e intrascendente encuentro contra Australia, en una cuenta atrás sin sentido, los jugadores de Del Bosque volverán a ejercitarse esta mañana, hora local, antes de que Cazorla y Koke, que supuestamente serán titulares en el último partido, comparezcan ante los medios de comunicación. El ánimo, evidentemente, no da para mucho en el cuartel general de España, que se desmantelara el lunes, cuando la expedición regrese a España.