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“Holanda es víctima del sistema”

Alejandro Ciriza
El técnico holandés Ronald Koeman.
El técnico holandés Ronald Koeman.Cordon Press

Holanda es presa de su propio pasado. Desde que Rinus Michels y su equipo de melenudos instauraron el revolucionario concepto del totaalvoetbal, aquella anarquía organizada tan hermosa que predicaba el fútbol total en los setenta, la gran mayoría del país no concibe otra vía más legítima para alcanzar la gloria. El concepto es prácticamente innegociable. Por eso el planteamiento rocoso de Bert van Marwijk en Sudáfrica, hace cuatro años, se contempló como una herejía hacia el modelo perfilado por El General. De la misma forma que el fútbol holandés no se entiende sin la figura de Michels y La Naranja Mecánica, tampoco puede comprenderse sin Johan Cruyff, su discípulo más fiel. Ambos sembraron un camino que después recorrieron técnicos como Hiddink, Rijkaard o Van Gaal. Por la misma senda transita Ronald Koeman (Zaandam, 1963). Tras unos días en Escocia jugando al golf, para “hacer unos hoyos” y redefinir su futuro después de una última parada en el Feyenoord, el líbero con la derecha más poderosa atiende a EL PAÍS. Habla sobre el idealismo, la emigración y la suerte esquiva que persigue a la oranje. Sobre el juego y el romanticismo.

Pregunta. Holanda tiene seis Copas de Europa (cuatro del Ajax, una del Feyenoord y otra del PSV), seis Balones de Oro (tres de Cruyff, otros tres de Van Basten y uno de Gullit) y ha dejado huella en el fútbol, pero sigue siendo la eterna aspirante. ¿Por qué?

Respuesta. Somos un país muy pequeño, de solo 16 millones de habitantes. Cuanto mayor es un país, más posibilidades de éxito tiene. La abundancia de jugadores te permite elegir mejor. Todo responde a una cuestión estadística, proporcional. Pese a todo, nosotros siempre hemos tenido grandísimos futbolistas, pero también muy mala suerte. Hemos hecho méritos más que de sobra para ganar una Copa del Mundo. Los holandeses estamos muy orgullosos de nuestra selección.

P. ¿No convendría replantear el modelo hacia uno más competitivo?

R. Eso nunca. Puede haber variables, pero el modelo es incontestable. Holanda siempre ha jugador para el espectador, de forma muy ofensiva, con un juego muy atractivo. Eso ya es un triunfo. Siempre hemos escogido el camino más difícil hacia la victoria, la forma más complicada de ganar. Hay otras selecciones que han adoptado el camino contrario, equipos que defienden y esperan al rival. Muy bien. Ese no es nuestro estilo, aunque eso signifique que nuestras posibilidades se reduzcan. El fútbol es un juego. Nosotros disfrutamos con la pelota y nos gusta atacar. Ganar como jugamos nosotros o como lo hace España es lo realmente difícil. Es la máxima expresión del fútbol.

Holanda siempre elige el camino más difícil hacia el triunfo. El fútbol es un juego, es nuestro estilo"

P. Brasil se ha olvidado del jogo bonito y no le ha ido del todo mal.

R. Es cierto. No es tan brillante como antes, pero probablemente sea un equipo más completo, más sólido. Ahora bien, seguro que sus aficionados y sus jugadores no disfrutan tanto como lo hacían en el 70.

P. Desde que el Ajax ganase la Copa de Europa de 1995, los clubes holandeses no han conseguido ningún gran título. Da la sensación de que están algo deprimidos, de que han bajado los brazos.

R. La Eredivise ha perdido mucha fuerza. Holanda es víctima del sistema, nos ha llevado por delante. Desde hace 25 años nos hemos convertido en un país exportador. Vendemos a todas nuestras estrellas a los grandes de Europa. El nivel de la Liga se resiente y por eso hemos perdido el tren. En otros países hay más dinero, pueden fichar mejor y hay que aceptarlo. Lo bonito de esto es que desde aquí siguen saliendo futbolistas jóvenes muy buenos. El trabajo de base es sensacional y hay mucho talento. Antes, nuestros mejores jugadores salían con 25 años, curtidos, pero ahora vienen los clubes ingleses y te los quitan con 15 o 16 años. También está la televisión. En Inglaterra, España o Italia, los operadores pagan mucho más. La razón de todo es económica y cultural. En Holanda somos mucho más estrictos en el control financiero de los clubes. Jugamos limpio y eso perjudica a nuestros clubes.

Aquí somos mucho más estrictos en el control financiero de los clubes. Jugamos limpio y eso nos perjudica"

P. ¿Tienen demasiada prisa los jóvenes de hoy día?

R. Así es. Quieren hacerse ricos muy rápido. Los agentes y las familias solo piensan en el dinero. Holanda es un país ideal para que crezcan y se formen jugando al fútbol, pero a muchos les impulsan a irse al City o al Arsenal cuando aún son unos niños. Siete años después, con 22, están de vuelta porque no han jugado mucho o están incompletos. Lo importante es jugar, la experiencia; después, de forma automática, vendrá el dinero. El problema de todo son los representantes. Han cambiado las reglas.

P. Si Michels levantase la cabeza...

R. Creo que no le gustaría demasiado hacia dónde van las cosas.

P. ¿Era tan fiero como lo pintan?

R. Cuando nos entrenó a nosotros, en 1988, ya era un hombre mayor, más maduro, y había moderado un poco su carácter. Fue como un padre para nosotros, muy cercano. En contra de lo que piensa mucha gente, tenía muy buen humor. El recuerdo que tengo de él es buenísimo.

Holanda, durante un partido contra Irlanda de la Eurocopa de 1988.
Holanda, durante un partido contra Irlanda de la Eurocopa de 1988.CORDON PRESS

P. De no ser por ese gol de Müller en 1974 y el poste de Rensenbrink cuatro años después... ¿Le debe el fútbol una a Holanda?

R. Probablemente. Si no somos campeones del mundo es por una cuestión de mala suerte. Era un niño, pero recuerdo muy bien las dos finales. La del 74 fue la derrota más dolorosa. Jugábamos la final contra Alemania, la anfitriona. En el ambiente estaba el componente histórico y la rivalidad derivada de la Segunda Guerra Mundial. Teníamos un equipo impresionante: Cruyff, Neeskens, Rep... Éramos superiores a ellos, pero tuvimos muy mala suerte, como en el 78, contra Argentina. Encima nos tocó las dos veces contra las selecciones que organizaban el torneo. Fue una lástima. Esa generación fue única. Se merecía una Copa del Mundo.

P. Después, en 1988, llegó el mestizaje y los pantalones ultracortos. También el triunfo en la Eurocopa, con Michels en el banquillo...

R. Ganar una Europeo fue algo muy grande. Teníamos unos jugadores excelentes: Gullit, Rijkaard, Van Basten... Llegaron todos en su momento óptimo. En esta época, el PSV tenía el dinero, no el Ajax o el Feyenoord. Los mejores jugadores holandeses estaban entonces en Eindhoven. Perdimos el primer partido contra la URSS, pero en la final volvimos a encontrarnos con ellos y ahí ya sí que no fallamos.

Van Basten es uno de los mejores jugadores que he visto. Él hacía posible lo que era imposible"

P. Esa primera derrota fue clave. Hizo que Michels modificase el dibujo. Pasó del 4-3-3 al 4-4-2. ¿Una pequeña traición a sí mismo?

R. Para nada. Fue una decisión inteligente. La pizarra no puede esclavizarte siempre, debes saber adaptarte a las circunstancias y los futbolistas que tienes. Jugábamos con un hombre menos en ataque, pero los que venían desde atrás, como Ruud [Gullit], tenían mucha más libertad de movimientos y podían sorprender.

P. ¿Tan bueno era Van Basten?

R. Marco empezó como suplente porque llegó tocado al torneo, pero en el segundo partido ya le metió tres a Inglaterra. Y luego vino aquella volea de la final. Nadie esperaba que lo intentase, pero entró. La parábola fue perfecta. Él hacía posible lo imposible. Ha sido uno de los jugadores con más calidad que he visto.

P. Usted, en 2001, le hizo debutar a Ibrahimovic con el Ajax. Hay quienes les comparan por la técnica y el abanico de recursos. ¿Se asemejan?

R. Zlatan tiene cosas en común con Marco: la técnica, la inteligencia y la clase. Es buenísimo y con el tiempo ha ido ganando poso, leyendo mejor los partidos. Ha madurado y eso se nota por cómo se comporta ahora sobre el césped. Ambos son magníficos.

Koeman marca a Dunga en el Brasil-Holanda del Mundial de 1994.
Koeman marca a Dunga en el Brasil-Holanda del Mundial de 1994.REUTERS

P. Van Basten, Romario, Laudrup, Bergkamp... Usted fue un privilegiado por poder jugar con todo ellos. ¿Con cuál se queda?

R. No puedo elegir solo uno, no sería justo. Lo que sí puedo decir es que de los de ahora, me quedo con Messi. Es el mejor, sin duda. Pero si me pregunta por mis compañeros... Todos eran fueras de serie. Romario, por ejemplo, era fabuloso. En el 94, en Estados Unidos, caímos contra él. Íbamos perdiendo por 2-0 y conseguimos empatar, pero al final nos marcaron un gol de falta. Contra Brasil siempre se puede perder. Es un país con unos jugadores maravillosos.

P. Aunque usted ya no estaba en el campo, la historia se repitió en 1998. De nuevo, Brasil. ¿Fue aquella, la del Ajax de Van Gaal, la última gran hornada de la oranje?

R. Nos volvió a faltar una pizca de suerte. En esta ocasión fueron los penaltis. Ese equipo jugó muy bien. Estaban los De Boer, Seedorf, Davids, Kluivert... Recuerdo el gol de Bergkamp en cuartos, frente a Argentina. El pase de Frank, de 40 metros, y el control, exquisito. Dennis era extraordinario. Muy pocos jugadores han tenido el dominio técnico del balón que él poseía. Era un hombre serio, nada egoísta. Anteponía siempre el grupo a sí mismo.

P. En Sudáfrica, el bloque estuvo por encima de las individulidades. Se alcanzó la final, pero las críticas fueron feroces en Holanda. ¿Es justificable el planteamiento que hizo Van Marwijk?

R. Él fue realista. Vio lo que tenía y tomó una decisión. A veces hay que tomar decisiones difíciles para llegar lejos en un torneo así. Todo depende de los jugadores que tengas. Si no tienes buenos extremos, ¿por qué vas a jugar con extremos? La final contra España no fue brillante, pero ambas tuvieron opciones de ganar. No creo que hubiese sido muy superior a Holanda. Si Robben marca aquella ocasión estaríamos hablando de otra cosa en esta entrevista.

P. ¿Hasta qué punto dañó la imagen del fútbol holandés la patada de De Jong en el pecho de Xabi Alonso?

R. Esto es fútbol. Fue entrada fea, nada más.

Los jóvenes quieren hacerse ricos muy rápido. El problema son los representantes. Han cambiado las reglas"

P. Con la elección posterior de Van Gaal se quiso volver a los orígenes. Sin embargo, él mismo dice que no tienen opciones en este Mundial. ¿Es una cita de transición?

R. No lo veo así porque siempre somos competitivos, pero hay que tener los pies en el suelo. A día de hoy hay mejores equipos. Tenemos una buena selección, pero solo tres estrellas: Van Persie, Robben y Sneijder. En España, por ejemplo, los 11 que jueguen serán todos del máximo nivel. Es la realidad y hay que aceptarla.

P. Van Gaal ha recurrido de nuevo a futbolistas de la Eredivisie, muchos de ellos anónimos para el aficionado de la calle. ¿Qué le parece?

R. Es una apuesta muy buena a largo plazo. Quizá no se vea el resultado a temprano, pero repercutirá de forma positiva en el futuro y elevará el nivel de nuestra Liga. Llegan buenas generaciones, hay que saber esperar. Ya veremos qué pasa.

Todo depende de los jugadores que tengas. Si no tienes extremos, ¿por qué jugar con ellos?"

P. Por lo menos, él sí que respetará el modelo, ¿no?

R. En sentido estricto, no. Va a apostar por un sistema diferente. Seguramente juegue con un 5-3-2. No es la escuela cien por cien holandesa, pero seguramente piense que ahora mismo es lo mejor para nosotros.

P. Parece que luego cogerá el testigo Hiddink. ¿Acierto o no?

R. La Federación piensa en él. El futuro dirá si es bueno o malo.

P. Y a España, ¿cómo la ve? Algunos insinúan que ya se ha terminado su ciclo.

R. Para mí es una de las favortitas junto a Alemania, Brasil y Argentina. El problema es que tiene jugadores que lo han ganado todo. La tarea de Del Bosque es muy difícil. Debe buscar alternativas y estimular al grupo, mantener el hambre de los suyos. Eso, hoy día, es lo más difícil.

VÍDEO: Los mejores momentos de la carrera de Ronald Koeman

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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