Las primas más suculentas
Los jugadores de La Roja cobrarán el doble que los alemanes y brasileños si ganan: 720.000 euros por lograr la segunda estrella
Lejos quedan para España Mundiales como el de 1986, cuando José Antonio Camacho, capitán de aquel equipo que en México hizo soñar a un país, tenía que contener a los compañeros más exaltados para que no agredieran a los directivos por los pasillos del hotel tras las reuniones para pactar las primas por los triunfos, que nunca llegaron. A Brasil 2014, los futbolistas y la federación llegan con los deberes hechos: el pacto es total y están firmados los acuerdos. Cada jugador percibirá 720.000 euros por conseguir la segunda estrella, un 20% más de lo que se embolsaron en Sudáfrica. Pasar de octavos supondría 72.000; llegar a las semifinales, 108.000 euros; y a la final, 144.000. "Lo entendemos como una inversión. Nos repartimos con los jugadores lo que a nosotros nos paga la FIFA", resumen en la Federación. Mucho más generosa que otras federaciones. La brasileña abonaría 330.000 a cada futbolista y alemana, 300.000.
Hace más de un mes que las primas están pactadas en función de los objetivos. Casillas y Xavi no tardaron en alcanzar un acuerdo con Jorge Pérez, secretario general de la RFEF y María José Claramunt, directora de la selección, en virtud del cual se sigue pagando por objetivos, pero se aumentan las cantidades. Además, Claramunt ha vuelto a llenar de regalitos las maletas de los seleccionados, para que estén contentos, así que cuando no es un reloj de lujo, es un bono del Corte Inglés. O las dos cosas.
Claramunt ha vuelto a llenar de regalitos las maletas de los seleccionados
En 1998, eliminada en la primera fase del Mundial de Francia, España perdió tanto caché que a la federación le costaba encontrar rivales para partidos amistosos. "Pedíamos 100.000 euros y te contestaban que 75.000", recuerdan en los despachos de la Ciudad del Fútbol. Ahora, no hay amistoso que se firme por menos de un millón.
La Federación maneja un presupuesto cercano a los 150 millones que hasta el 40% se nutre de los ingresos generados por la selección, convertida en una máquina de hacer dinero. "De ese dinero vive el futbol formativo en las territoriales, se pagan infraestructuras, a los árbitros de los miles de partidos que se juegan en categorías no profesionales, pero de eso no se habla porque no interesa", lamentan en la Federación, que es un organismo privado sin ánimo de lucro, pero con función pública delegada al representar a España en el extranjero y organizar competiciones. A cambio, es auditada por el Consejo Superior de Deportes (CSD).
Solo durante la estancia en Sudáfrica, la Federación ganó 30 millones por ganar el Mundial, entre lo que desembolsó la FIFA a la federación por el Campeonato del Mundo y los bonus obtenidos de los espónsores oficiales de la selección, 17, de los cuales Iberdrola, Movistar y Cruzcampo son los principales. "Con todos tenemos pactados incentivos por triunfo", explican en la Federación, que se autogestiona. Incluido con Adidas, patrocinador técnico oficial, empresa deportiva que no da cifras, pero corrobora el mensaje de la federación: "No hay camiseta que se venda más en el mundo que la roja".
Sólo durante la estancia en Sudáfrica, la Federación ganó 30 millones por conquistar el Mundial
La Federación renunció a las subvenciones públicas hace tres años, aunque recibe el 1% de las quinielas, cantidad destinada al fútbol no profesional. De hecho, desde que España ganó en Viena la Eurocopa 2008, pero muy especialmente a raíz de que España ganara el Mundial 2010, rara es la semana que al despacho de Claramunt en la Ciudad del Fútbol no llegue una oferta de relación comercial a la federación, pero también una solicitud de ayuda de alguna entidad benéfica, a la que La Roja destina cada vez más atención, por voluntad expresa de Del Bosque y de los jugadores. Por ejemplo, tras el Mundial de Sudáfrica, la federación donó a UNICEF un buen pellizco para un programa que trata de combatir la malaria en el continente africano.
"Esas cosas no se explican, se hacen", sostiene Jorge Pérez, que tampoco da muchas pistas sobre el tema de las primas, por respeto a los jugadores. En ese sentido aclara que la Hacienda española siempre ha estado al corriente de todos los pagos, y ha sido beneficiaria de la entrada de dinero procedente de la FIFA. Ya en el 2010, el tema llegó al Parlamento, a instancias de IU, con el apoyo del BNG y de ERC. "Un debate populista, sin sustento", defendieron en la RFEF ante las denuncias de que los jugadores tributaron parte de los premios fuera del país, cuestión que Pérez siempre ha negado.
En el Mundial de Sudáfrica 2010, la AFA, la federación de Argentina, pagaba el título a 510.000 euros por jugador, Inglaterra llegaba a 475.000 por cabeza y los jugadores de Italia, que defendía el título obtenido en 2006 en Berlín, recibían 240.000 euros. Brasil pactó 180.000 euros y los futbolistas de Francia tuvieron muchos problemas para pactar 390.000 euros por cabeza en caso de ganar el título. La estrella se paga y con generosidad porque no solo concede prestigio deportivo sino que garantiza disponer de una fábrica de dinero en la Ciudad del Fútbol. "Ganar un Mundial da mucha pasta", reconocen en la Federación.
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