‘Duncovich’ contra LeBron

La final de la NBA arranca propulsada por la pasión, las cuentas pendientes y el culebrón que sus protagonistas, San Antonio y Miami, ya vivieron la pasada temporada. Entonces, el equipo de Florida se salió con la suya. Y los Spurs quedaron marcados por la profunda cicatriz que les dejó el hecho de no haber aprovechado los cinco puntos de ventaja de los que dispusieron cuando quedaban solo 28 segundos para el final del sexto para proclamarse campeones.

El big three formado por LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh se superó entonces, fiel a lo que ha venido haciendo durante muchísimos partidos en las últimas temporadas, apretando el acelerador en el momento preciso, llegando muy enteros y certeros a los últimos instantes. El trío que forma la columna vertebral de los Spurs desde hace ya bastantes años, Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili, se quedó con la miel en los labios y se conjuró para tomarse la revancha.

“Nos quedamos con la miel en los labios y todavía sentimos el sabor amargo en la boca. Esta vez vamos a conseguirlo”, ha declarado el habitualmente comedido Duncan, expectante ante la posibilidad de ganar su quinto anillo. A sus 38 años, el pívot de las Islas Vírgenes, mantiene abierta y muy viva la posibilidad de culminar una gesta sin precedentes: ganar cinco anillos siempre con los Spurs, el equipo de toda su vida desde que debutó en la temporada 1997-1998. Fue también la primera temporada completa en el banquillo de Gregg Popovich, que el curso anterior había relevado a Bob Hill.

Desde entonces, la pareja formada por Popovich y Duncan, ha ganado cuatro anillos y ha metido a los Spurs siempre en los playoffs. Pero la primera final que perdieron, la pasada campaña ante los Heat, supuso un varapalo para ellos. Y una reafirmación para LeBron James. La estrella de la NBA se quitó la espina del mal recuerdo que le había dejado la final que perdió cuando tenía solo 22 años y lideraba a los Cleveland Cavaliers. Los Spurs los barrieron por 4-0.

El año pasado, cambiaron las tornas, entre otras cosas porque no sucedió lo mismo que en 2007 y que el propio Lebron describía de la siguiente manera: “Me llevaron a la línea lateral con Duncan, Oberto, Bowen y Finley y me invitaron a que lanzara. No me permitían ir al interior de la pintura que era donde hacía más daño entonces. Ahora, si me paran los pick and rolls, lanzaré desde fuera. Tengo una gran confianza en que meteré los tiros. Ahora tengo más armas alrededor. Entonces enviaban a tres jugadores contra mí”. En 2013, los Heat fueron mejores en los momentos clave. Popovich considera que muchas cosas han cambiado: “Tenemos más profundidad de banquillo, Leonard ha madurado, los jugadores han crecido gracias a aquella derrota tan dura de aceptar”.

LeBron James, a sus 29 años aspira a su tercer título. Michael Jordan tenía un año más cuando consiguió el tercero de los seis anillos que acumuló en su excepcional carrera. El 6 de los Heat se ha superado si cabe esta temporada. Su fortaleza mental y anímica se ha expresado en la elegancia con la que ha reconocido que Kevin Durant merecía el premio al mejor jugador de la temporada, MVP, cortando su racha de cuatro galardones en las últimas cinco temporadas. O también en la tranquilidad y los nervios de acero que demostró cuando Lance Stephenson le provocó dándole un manotazo sin balón o soplándole a la cara en un extravagante gesto durante la final del Oeste entre Miami y Oklahoma. Son detalles que delatan su voluntad de mantenerse centrado en su objetivo pase los que pase a su alrededor, como su extraordinaria reacción el año pasado en el crucial partido ante los Spurs cuando se superó y fue una vez más decisivo tras recibir una fea entrada y perder la cinta que siempre luce en la cabeza mientras compite.

Sus números esta temporada continúan siendo mayúsculos: 27,1 puntos, 6,9 rebotes, 6,3 asistencias y 1,6 robos de balón durante una temporada regular durante la que mantuvo a menudo a su equipo, especialmente en los 28 partidos que se perdió su compañero Dwyane Wade. Frenar a LeBron se antoja la premisa fundamental en la estrategia de Popovich. Los Heat buscan su tercer anillo consecutivo, algo que ningún equipo logra desde los Lakers de Shaquille O’Neal y el joven Kobe Bryant en 2002.

Otras de las claves de la final será el estado de forma en que la afronte el base francés Tony Parker. Se lesionó en el tobillo izquierdo en el último partido ante Oklahoma y no pudo disputar ni la segunda parte ni la prórroga de aquel encuentro. “Siempre intento ser honesto con Pop. Si estoy al 50% intentaré jugar, y si estoy por debajo del 50%, lo discutiremos”, afirma Parker.