Navarro despacha al Baskonia

Navarro continúa haciendo de las suyas. A punto de cumplir 34 años, zaherido por las lesiones y en una temporada con un rendimiento tan irregular que ha perdido la titularidad, en beneficio de Oleson, el capitán del Barcelona volvió a ejercer de bestia negra del equipo rival. En esta ocasión, fue el Baskonia, que se derrumbó muy pronto y con estrépito. El equipo de Scariolo fue una sombra del que hizo concebir una eliminatoria larga e igualada con su magnífica actuación en el Palau Blaugrana.

El Barcelona despegó como un cohete en el Buesa Arena, precisamente de la mano de Oleson. Causseur no atinó a cerrar en defensa y por ahí se produjo la primera vía de agua en la defensa del Baskonia. Heurtel, imponente en el Palau, se desinfló en casa. Y el ataque del equipo de Vitoria se quedó escuálido, cada vez más disminuido por la manera en que Pleiss quedó apresado en el interior de la zona y por la sucesión de fallos de Hamilton y Hanga. Corto en recursos, el Baskonia se vio fustigado por el vendaval de Navarro en el segundo cuarto. Le bastaron menos de diez minutos para anotar 13 puntos, con tres triples que le permiten superar el récord en los playoffs de la Liga Endesa, en poder hasta ahora de Alberto Herreros con 229 aciertos desde la máxima distancia. Navarro suma ahora 332.

A Navarro le acompañó un jugador con el que Pascual había contado muy poco hasta ahora, Maciej Lampe. El pívot polaco se impuso a Hamilton y a Nocioni dentro de la zona y, cuando no, aplicó su buena mano desde fuera, con dos triples. Gracias a Lampe, que sumó 14 puntos y siete rebotes, y a Dorsey que repitió su buen actuación del Palau, el Barcelona disimuló el flojo partido de Tomic, que anotó su primera canasta en el minuto 23 y pasó de puntillas, aunque no tanto como Lorbek, que ha perdido su condición de titular y solo estuvo seis minutos en la cancha. Así es este Barcelona en el que Pascual ya ha reconocido que resulta esencial detectar cuáles son los jugadores que en cada momento se encuentran más finos. Pullen, por ejemplo, fue otro de los destacados en el Buesa Arena.

El Baskonia, con una plantilla mucho más corta y limitada, no pudo hacer mucho más que insistir en sus clásicos. Dentro de su flojo partido general, abrumado en el rebote, perforado por los triples del Barcelona y con peores porcentajes de tiro, sobresalió Nocioni. El argentino, más por su espíritu y por su carácter que por otra cosa, planteó la mínima batalla a la que tuvo que hacer frente un Barcelona que llegó a dominar por más de 20 puntos en el tercer cuarto. Se permitió el lujo de administrar con comodidad, ya con la clasificación para las semifinales en el bolsillo, en un último tramo en el que la afición baskonista rindió un último tributo a Nocioni, su héroe en una temporada con más oscuros que claros.