Simeone: “Será una final con fricción y mucha ansiedad”

Se acariciaba el mentón Simeone, dispuesto ante la multitud de periodistas congregados en el palco VIP del Calderón para la jornada de puertas abiertas a los medios que programó el Atlético este lunes. Traqueteaban sus piernas, a la espera de que se resolviesen unos problemas de sonido que alteraron el inicio de la comparecencia, hasta que se cansó: “Vuelvo en cinco minutos”. Solucionado el problema técnico, ahora sí, tomó la palabra. No quiso aventurar si Diego Costa, leisonado, estará disponible para la final del próximo sábado en Lisboa, frente al Real Madrid, y vaticinó un duelo muy equilibrado contra el equipo dirigido por Carlo Ancelotti. “La final está al 50%. Ellos, individualmente, tienen mejores jugadores. Nosotros llegamos con una motivación importante y ellos con un deseo importante. Será un partido muy parejo”, señaló el preparador argentino.

El club está creciendo. Si seguimos esforzándonos todos podremos seguir siendo competitivos"

Se presentó El Cholo serio, en pantalón corto para bajar al césped nada más terminar el acto. Para él se acabó el tiempo para recrearse en la victoria del Camp Nou y las celebraciones por el título de Liga. “Ganar es siempre mucho mejor. Los festejos son buenos para los chicos y para que la gente disfrute, pero ahora hay que dar vuelta a la página. Tenemos varios días para trabajar bien, empezando por hoy. Delante va a haber un equipo poderoso con jugadores importantes”, subrayó.

Preguntado en diversas ocasiones por la incógnita de Cristiano Ronaldo, también mermado, evitó referirse a supuestos o a las bajas de su rival. “Han crecido muchísimo como equipo, pero pensamos solo en nosotros”, repitió, aunque sí valoró la ausencia de Xabi Alonso (“es uno de los mejores en su puesto, pero su míster tiene alternativas”) y anticipó que la batalla en la medular será decisiva. “El medio del campo puede ser muy importante en el desarrollo del juego”, destacó.

Negó que la presencia del Madrid enfrente suponga un sobre estímulo para él o sus jugadores. “No creo en eso. Eso te lleva después a no rendir a lo largo de las temporadas. La final es motivadora de por sí, uno no debe mirar tanto contra quién juega. La motivación es interna. La capacidad de motivación es la camiseta de este club, jugar en este club. Debes alejar todas las cosas que uno tiene en la cabeza, pensar en jugar un partido de fútbol”, apuntó, a la vez que negó que el duelo en la final de la Champions pueda tener cualquier parecido con los anteriores: “No veo similitudes en primera instancia. Imagino un partido con fricción, con mucha ansiedad. Aquel que aleje los pensamientos externos será el que mejor responda para llegar al objetivo que uno tiene en la cabeza”.

Los festejos son buenos para los chicos y para que la gente disfrute, pero ahora hay que dar vuelta a la página"

En un momento dulce, después de la visita a Neptuno y el abrazo de la hinchada en las calles de Madrid, el entrenador rojiblanco mostró su deseo de ampliar el ciclo triunfal de su equipo. “Estoy muy contento de estar donde estoy. Veo al club en crecimiento. Si seguimos esforzándonos todos y contruimos un equipo competitivo podremos seguir peleando con ellos [Madrid y Barça], aunque sus posibilidades económicas son mayores”, dijo.

Interrogado sobre el estilo de juego de su equipo, un acorazado construido de atrás hacia adelante, negó que exista solo una vía única. “Vamos detrás de lo que pide la institución, miramos la historia del club al ue vamos a dirigir y los jugadores que tiene. No hay un estilo de juego solo. Hay un entrenador que debe mirar cómo pueden rendir mejor para el club que trabajan. No estoy de acuerdo con el sistema de apostar por un solo estilo”, manifestó.

No quiso ahondar en los méritos individuales de sus futbolistas (“aquí nadie es mejor que nadie”) y rechazó del mismo modo que la presión vaya a atenazar a los suyos. “Responderán como siempre lo han hecho en las situaciones difíciles”, aseguró antes de poner el broche al encuentro y comenzar a dar órdenes a sus jugadores, sin respiro, sobre el tapete del Calderón: “Lo que pasó ya queda atrás”.