_
_
_
_

Madrid y Barça, dos colosos otra vez en la encrucijada

El clásico en Milán marca el rumbo de los equipos de Pablo Laso y Xavi Pascual en su sostenida competencia por la supremacía

Robert Álvarez
Slaughter, del Real Madrid, pugna con el barcelonista Oleson.
Slaughter, del Real Madrid, pugna con el barcelonista Oleson.l.sevillano

Dino Meneghin, una de las más grandes leyendas del baloncesto europeo, un pívot dominante durante los años setenta y los ochenta, sostiene que jugaba las Final Four con los ojos inyectados en sangre. Ganó nada menos que siete, cinco con el Varese y dos con el Milán. Es en la capital lombarda, feudo del idolatrado Superdino, donde el Real Madrid y el Barcelona dirimen hoy (21.00, Canal +) un clásico que pone en juego la propia razón de ser de los dos transatlánticos del baloncesto continental. Será su quinto mano a mano esta temporada pero, como afirma Meneghin, la Final Four es la competición que lleva a un grado superlativo a quienes la juegan y la viven y en la que la memoria del aficionado fija los momentos de mayor esplendor, sean los nueve títulos del Madrid, aquel último de 1995 con Sabonis, Arlauckas, Biriukov y Obradovic en el banquillo, o los dos del Barcelona, el primero, en el Palau Sant Jordi, con un joven Navarro aprendiz de Bodiroga y el segundo, en 2010, ya con el hoy capitán como estrella junto a Mickeal y Ricky Rubio.

Las leyendas surgen del fragor de las batallas y de sus héroes y las que mantienen ambos equipos durante los últimos años no son precisamente ni pocas ni menores. Los duelos entre Navarro y Rudy, entre Marcelinho y Sergio Rodríguez o Llull, entre Lorbek y Mirotic, o entre Tomic y Bourousis y Felipe Reyes han deparado episodios espléndidos. Desde que Pablo Laso tomó las riendas en el verano de 2011, el Madrid ha remontado el vuelo en una sostenida e inevitable confrontación con el Barcelona, al que Xavi Pascual había situado en una posición hegemónica.

El Madrid ha subido, si cabe, un punto sus revoluciones y ha brindado una muestra apabullante de exuberancia y efectividad

La pasada temporada cambiaron las tornas y esta, el Madrid ha subido, si cabe, un punto sus revoluciones y ha brindado una muestra apabullante de la exuberancia y efectividad de su juego con 31 victorias consecutivas en partidos oficiales y una racha histórica de 28 triunfos en la Liga española. El Barcelona, mientras, decepcionó en varios partidos perdidos de mala manera y no empezó a funcionar de forma satisfactoria hasta enero. Entretanto fue derrotado tres veces por el Madrid, en las finales de la Supercopa y de la Copa, y en el primer partido de la Liga.

Durante las últimas semanas, y más allá del triunfo azulgrana en el clásico liguero del pasado sábado (86-75) sin apenas trascendencia y muy matizado por la inminencia de la Final Four, ha dado la sensación de que el Madrid ha bajado el pistón y el Barcelona ha mejorado a pesar de que no ha podido contar apenas con Navarro, lejos de su mejor estado de forma tras haber sufrido una lesión muscular. En estas llega, por segundo año consecutivo, el clásico español en la Final Four. En Londres, venció el Madrid (74-67). Ahora, en Milán, los dos equipos vuelven a estar en la encrucijada.

Laso apela a lo sembrado a lo largo de la temporada. "La trayectoria no me crea ninguna dura. Valoro el trabajo que han hecho mis jugadores, llevamos más de 60 victorias y estoy tranquilo". Su única preocupación es el estado físico de jugadores con algunos problemas físicos como Draper o Carroll, que sale de una larga lesión.

Pascual prevé una semifinal muy densa tácticamente. "Llegamos con muchos jugadores bien y en función de la estrategia del rival intentamos atacar por un lado u otro. Intentamos no ser lineales sino leer cada partido y ver qué jugador sale beneficiado". Ambos equipos son muy conscientes de que la semifinal solo es un primer paso. Lo recuerda especialmente el Madrid, que el año pasado perdió la final ante el Olympiacos. En Milán, la otra semifinal (18.00, Canal +) enfrenta a dos clásicos, el CSKA de Moscú, que dirige Ettore Messina con Teodosic, Krstic y Hines, y el Maccabi de David Blatt con Schortsanitis. Uno de ellos será el último escollo para que un equipo español se alce con el máximo título continental en el feudo en el que el legendario Meneghin alzó dos de sus siete títulos continentales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_