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Los 10 derbis del león

Carriço, capitán del Sporting a los 21 años y criado en la cantera del club lisboeta, afronta con el Sevilla su partido más importante ante el eterno rival, el Benfica

R. P.
Carriço antes de volar hacia Turín
Carriço antes de volar hacia Turínalejandro ruesga

En el Sevilla juegan tres futbolistas portugueses: el portero Beto, el lateral Diogo y el centrocampista Carriço. Curiosamente, el equipo que dirige Unai Emery podría formar en la final con más portugueses que el propio Benfica, el conjunto referencia de Portugal a lo largo de su historia futbolística. La final de Turín ante el Benfica es sin duda especial para ellos. Para Beto porque militó en la cantera del Sporting, el eterno rival del Benfica. Para Diogo porque se crió en los escalafones del propio Benfica, donde jugó seis años. “Llevo al Benfica en mi corazón, pero quiero ganar esta final”, señala el propio Diogo, que llegó a compartir algún entrenamiento con Reyes cuando este jugaba en el Benfica. El caso de Carriço es, no obstante, el más llamativo de los tres. El medio del Sevilla se hizo hombre y futbolista en el Sporting, donde fue capitán en todos los equipos de la cantera del conjunto lisboeta hasta llegar al primer plantel en el verano de 2008. Tenía 20 años. Uno después, con 21, sería ya el capitán del Sporting. Si alguien sabe lo que significa enfrentarse al Benfica ese es Carriço, que ha mamado la rivalidad lisboeta desde su infancia.

Natural de Cascais, a Carriço lo fichó un ojeador del Sporting mientras jugaba con 10 años un partido con el Estoril. A los 13, el joven centrocampista se instala en las instalaciones de Alcochete, la academia donde el Sporting forja a sus valores, caso de Futre, Figo o Cristiano Ronaldo.

Carriço llega al primer equipo en el verano de 2008. Se convierte en un futbolista fundamental del gran rival del Benfica. Capitán durante tres temporadas de los leones de Portugal, Carriço sabe un rato de enfrentamientos ante el Benfica. De hecho, ya disputó una final ante el rival lisboeta. Fue en la Copa de la Liga, en 2009, en un partido que el Sporting perdió en los penaltis ante un Benfica donde jugaba uno de sus actuales compañeros, José Antonio Reyes. Jugaría también otros dos partidos de la Copa de la Liga ante el Benfica y seis más en la Liga de Portugal. En total, ganó dos, empató otros dos y perdió cinco. El derbi 10 le llegará en el escenario más importante: una final europea con el Sevilla. Tan fuerte es el carisma de Carriço en la hinchada del Sporting que los ultras del equipo portugués de acordaron de él en el pasado Sporting-Estoril de la Liga portuguesa. “En Turín todos vamos con Portugal. Forza Carriço”, rezaba una pancarta en el José Alvalade, feudo de los leones.

“Desde el momento que derrotamos al Valencia sentí que jugaría un partido muy especial ante el Benfica en la final. No solo porque soy portugués, sino porque además me enfrento a mi gran rival del país, el Benfica. Será complicado, porque luchamos ante un gran equipo, con experiencia en este tipo de partidos y un montón de historia detrás”, aclara Carriço. “Estoy feliz, quiero jugar y disfrutar de esta final que me ha llegado en mi primera temporada en el Sevilla”, añade el centrocampista luso, una vieja aspiración del director deportivo, Monchi, que pudo hacerse por fin con sus servicios el pasado verano en calidad de cedido. Durante el verano de 2011, con Carriço consolidado como figura emergente del Sporting, el futbolista llama la atención de equipos como el Manchester United. No obstante, el Sporting lo tasó en un precio prohibitivo. Monchi desistió, pero solo por el momento. El pasado verano, el futbolista está en el Reading, descendido a la Segunda inglesa. No fue feliz en Inglaterra, donde el entrenador Nigel Howard apenas contó con él. “Miraba por la ventana de casa a las seis de la tarde y todo estaba apagado. Sevilla es otra cosa, veo a la gente feliz y yo me siento muy feliz aquí. Recuerdo que a Capel le preguntaba mucho por Sevilla. Me dijo que no me lo pensara si me llegaba la oportunidad”, reconoció Carriço en una entrevista a los medios oficiales de la entidad.

En la capital de Andalucía vive feliz con su mujer y su hijo. Tan contentos están con él en el Sevilla que Monchi se desplazó a Londres en el pasado mes de diciembre para ejercer la opción de compra que el club andaluz tenía sobre el portugués. Si el Sevilla la ejercía antes del 31 de diciembre, quedaba estipulada en 1,5 millones de euros. El Reading pagó 750.000 euros por él y ahora recupera con creces la inversión realizada por un futbolista que será del Sevilla cuatro años más. Sus dotes de liderazgo, que le llevaron a ser capitán del Sporting con 21 años, se dejan sentir en un vestuario donde es íntimo de Carlos Bacca y comparte las decisiones con los pesos pesados de la caseta, Rakitic, Fazio y Reyes. A Emery le seduce su polivalencia. “Juega bien de central y de centrocampista. Tiene carácter y experiencia a pesar de su edad. En el medio lo veo como el mejor complemento a Rakitic cuando nuestro capitán juega de medio centro”, afirma el entrenador vasco. El portugués, por su capacidad táctica, es la prolongación del preparador en el campo.

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