El de Turín fue el cuarto título europeo del Sevilla, que en el siglo XXI vive una auténtico idilio con la antigua UEFA.
En Eindhoven, en 2006, comenzó el idilio para el Sevilla. El equipo venía de malvivir varias temporadas; incluso había penado un año en segunda tras la campaña de 2000-01. Pero en la ciudad holandesa todo cambió: el Sevilla, comandado por Juande Ramos y con Antonio Puerta, el héroe de las semifinales, en el once, arrasó al Boro (0-4). Los goles de Luis Fabiano, Kanouté y Maresca, que hizo dos, sellaron la exhibición, y de paso, escribieron el primer capítulo de un periodo dorado que comprendió casi cuatro años. Así definía este periódico la histórica final: "Una corona de oro puro, de fútbol generoso, de gloria esperada y soñada y por fin paladeada. Un siglo de historia coronado por un triunfo espectacular, de gran campeón, con una goleada en una final de la Copa de la UEFA que siempre sintió suya. Ayer nació un nuevo equipo".
En la campaña 2006-07 la inercia de Eindhoven seguía flotando en Nervión. Tras "reventar" al Barcelona, como contaba este periódico, en la Supercopa de Europa, los sevillistas defendían trono continental. En esa defensa del cetro pasaría a la historia un gol, el del guardamenta Andrés Palop, que con un cabezazo eliminó al Shakhtar Donetsk. "Ni 100 paradas igualan lo que sentí al marcar de cabeza al Shakhtar", contaba al diario el cancerbero. En Hampden Park, en Glasgow, esperaba el Espanyol. Riera y Jonatas igualaron los goles de Luis Fabiano y Kanouté, llevando el partido a la muerte súbita de los penaltis. Palop apareció otra vez: detuvo tres lanzamientos y los hispalenses alzaron el trofeo de nuevo, convirtiéndose en el segundo equipo de la historia, tras el Real Madrid (1985 y 86), en ganar dos veces consecutivas. "Los dos conjuntos se desplegaron con todo su voltaje. No faltó emoción, intensidad; no hubo tiempo para la molicie y uno y otro jugaron a toda pastilla", narraba así EL PAÍS la final española.
Entre los dos títulos de la UEFA, el Sevilla sumó un nuevo título, el de la Supercopa de Europa 2006, en la que derrotó al Barcelona 3-0.
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