Giraldo y Bautista, maniobras de despegue
El cruce del colombiano y el español en cuartos garantiza un semifinalista fuera del top 40
Dos momentos pletóricos en busca de un punto de inflexión. Este viernes la Caja Mágica se reunirá a dos tenistas que han emprendido en Madrid sus maniobras de despegue definitivo. El colombiano Santiago Giraldo derribó en segunda ronda al número 13 del mundo, Jo-Wilfried Tsonga, por 6-4 y 6-3 y en octavos se llevó por delante al número 8, Andy Murray, (6-3 y 6-2).
El castellonense Roberto Bautista, que este año ya ha ganado a Berdych y Del Potro, comenzó su periplo en el torneo superando consecutivamente a Tommy Robredo y Fernando Verdasco, y en tercera ronda se deshizo de Kubot (6-4 y 6-2). Crece sin parar el juego de Bautista y Giraldo, números 45 y 46 respectivamente en el escalafón, y con ello crece la tipografía que narra sus caminos. El que gane el pulso ascenderá hasta el top 30.
Dos estados de optimismo que a los 26 años comienzan a encontrar las rendijas rumbo al éxito. Santiago Giraldo tomó el puente aéreo hacia al abierto de Madrid tras coger carrerilla en el Torneo Godó hace una semana donde alcanzó la segunda final de sus 10 años de carrera. En la cita barcelonesa perdió ante Nishikori y en la anterior, la de Santiago de Chile en 2011, había caído contra Tommy Robredo. Pero, aún sin premio, su curva ascendente ya le ha colocado como el tenista colombiano más importante de la historia. Un país con una enciclopedia guadianesca en la que apenas destacaron Pato Álvarez, Jairo Velasco, Iván Molina y Mauricio Hadad.
“Estoy sintiéndome increíble tanto tenística como física y mentalmente. Y si juego concentrado y obedezco las indicaciones de mi equipo, me irá bien seguro. No había encontrado el click para despegar, pero la perseverancia da sus frutos. Estoy en el comienzo de algo muy bonito”. Devoto de García Márquez, a quien dedicó su vuelta al top 50, confiesa haber leído “más de siete veces” Cien años de soledad y llevar siempre un buen libro en su bolsa de raquetas para “concentrarse o abstraerse, según se mire”. “Me encanta el realismo mágico”, cuenta el de Pereira, hijo de un ingeniero civil que le hizo descubrir “la parte cartesiana del juego”.
Decía el nobel colombiano, célebre tenista amateur desde que allá por 1992 y por prescripción facultativa decidiera confiar su salud y su suerte a una raqueta después de que le extirparan un tumor en el pulmón derecho, que el buen tenista es el que armoniza “cabeza, corazón y piernas” y todo ello parece haberse alineado en la, hasta hace poco, abigarrada trayectoria de Giraldo. Atrás quedaron la peritonitis que le tuvo contra las cuerdas en 2012, las posteriores crisis de ansiedad por retomar a trompicones su carrera, los vaivenes de entrenadores con un paso efímero por las manos de Hadad, su posterior regreso a libreto de Felipe Berón y la reciente incorporación a su equipo del chileno Fernando González, exnúmero 5 del mundo y medalla de plata de los Juegos Olímpicos de 2008. “Su experiencia y conocimiento me pueden ayudar a evolucionar.
Es un profesional excelente, que sabe transmitir y trabajar en equipo, era la figura perfecta”, cuenta ilusionado pero prudente, sin salirse de su nuevo ideario: “voy día a día, bola a bola, entreno a entreno”. El cuidado del preparador físico, rehabilitador y fisioterapeuta estadounidense-holandés Niels Renzenbrink, “una especie de militar” con quien se afina desde el pasado julio y el trabajo del equipo Colsánitas, con un asesor, de quien se reserva el nombre, que le ayuda “con la parte matemática del juego”y su hermana Carmiña como manager, le han puesto en la senda del éxito.
Los últimos cuatro meses han sido los mejores de la carrera, en ese tiempo ha derrotado a cinco top 20 y ha alcanzado dos semifinales ATP 250 (Viña del Mar y Houston) y la final ATP 500 de Barcelona. El objetivo es el top 10: “estoy seguro que puedo”, afirma convencido de “el avispamiento y la supervivencia forman parte de la genética del deportista colombiano”.
“La perseverancia vence lo que la dicha no alcanza. El límite es el cielo”, le repitió su madre desde niño. En cuartos le espera otra raqueta desatada, la de Roberto Bautista. “Nos conocemos muy bien. Entrenamos juntos el primer día aquí en Madrid”, anunció retador el castellonense. “Estoy en un gran momento de confianza. He alcanzado la continuidad y la regularidad que me faltó el año pasado por culpa de las lesiones y además me gusta jugar en una tierra rapidita como la de Madrid”, explicó antes de ser preguntado por la altura de la capital. “El también está habituado y será un partido durísimo”. Giraldo o Bautista alcanzarán en Madrid su primera semifinal de Master 1.000, pero no serán las únicas sorpresas en cuartos. Feliciano López también avanzó de ronda tras la retirada del veinteañero austriaco, Dominic Thiem
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