“No podemos hacer nada especial más allá de no rendirnos”
Alonso se reivindica en la pista tras superar en todas las facetas a Raikkonen, absolutamente desenfocado, solo un consuelo al no disponer del arsenal necesario para ganar a Mercedes
Hay un patrón que se ha repetido a lo largo de la trayectoria de Fernando Alonso en la fórmula 1 desde que debutara con Minardi en 2001, y que solo se ha roto una vez. A excepción del año en que coincidió con Lewis Hamilton en McLaren (2007), el español siempre ha encontrado la forma de imponerse a sus compañeros de equipo. La mayoría de ellos han quedado en evidencia al lado del talento, la robustez y la perseverancia del piloto que en 2005 se convirtió en el campeón del mundo más precoz de la historia, una hazaña que consiguió después de romper la racha de cinco títulos consecutivos de Michael Schumacher.
El verano pasado, Ferrari decidió recuperar para la causa a Kimi Raikkonen, el último que hasta el momento ha sido capaz de coronarse vestido de rojo, precisamente en 2007 y gracias, en gran medida, a la explosiva gresca que mantuvieron Hamilton y Alonso siendo vecinos. La Scuderia volvía a reunir a dos campeones en un mismo garaje, algo que no hacía desde 1953 (Ascari y Farina), y el regreso del finlandés hizo que la hinchada se frotara las manos a la espera de ver cómo iba a reaccionar cada uno. Pues bien, tras las cuatro primeras citas, el asturiano le ha dado un baño al que por definición es su primer rival.
Alonso domina todas las estadísticas. Casi se puede decir que él solito mantiene en pie a Ferrari. Este primer podio de la temporada que defendió en China le coloca el tercero en la tabla con 41 puntos en su casillero, 30 más que el Hombre de Hielo, perdido en la 12ª plaza.
El ovetense ha terminado por delante del nórdico, que esta vez fue octavo, en las cuatro pruebas que se han celebrado y el marcador no es demasiado distinto en las cronometradas (3-1 a su favor). No obstante, demostrar que uno es más competitivo que su compañero no es más que un consuelo si no se dispone del arsenal necesario para pelear por ganar. Y actualmente, a pesar del salto de calidad que ha dado este fin de semana, el potencial del F14T no permite aspirar a ese objetivo.
Hace dos semanas, en Bahréin, el ganador (Hamilton) le sacó 32 segundos a Alonso, que cruzó la meta noveno justo por delante de Kimi, pero ese margen habría sido muy superior sin la irrupción del coche de seguridad que agrupó al pelotón.
En este último gran premio, el safety no salió y la diferencia entre el vencedor y el primer cavallino rampante fue de 23 segundos. “El coche ha mejorado un poco a partir de algunas mejoras que ya probamos en el test de Bahréin, que volvimos a probar aquí el viernes y que han funcionado. De todas formas, terminamos noveno y décimo hace solo unos días, o sea que no podemos prometer nada. Hay que ver cómo lo evolucionamos en estas tres semanas y si en Montmeló (11 de mayo) podemos incorporarle más novedades”, dijo Alonso, que en sus declaraciones fue en todo momento con el freno de mano puesto.
“No podemos hacer nada especial más allá de no rendirnos. Sabemos que la distancia que nos separa de los Mercedes es grande y necesitamos cazarles lo antes posible. Ahora que no somos competitivos hay que acumular tantos puntos como nos sea posible para después, si lo somos, ir a por ellos”, añadió después de su mejor carrera de este 2014
En la pista lo hizo todo bien. Al arrancar recuperó dos puestos, en al primer cambio de neumáticos superó a Vettel y después contuvo a Rosberg tanto como pudo: “Es para lo que estamos, para hacer carreras perfectas. Este resultado es una combinación de varias cosas. De esas mejoras en el coche y que yo me encuentro muy bien. Mi nivel de conducción es como el de 2012. Mi compañero ha vuelto a quedarse a un minuto”, zanjó Alonso.
“Es para lo que estamos, para hacer carreras perfectas”, incide el asturiano
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