Desdicha de Paulao, euforia del Rayo
El central brasileño pide el cambio a los 30 minutos tras regalar el primer gol y marcarse el segundo en propia meta ● Los de Jémez sellan la permanencia en primera tras sumar 20 puntos en las nueve últimas jornadas
En Vallecas se cruzaban la euforia y la depresión, el entusiasmo y el fatalismo, la fortuna y la desdicha. Goleó el Rayo al Betis certificando la permanencia franjirroja y la condena verdiblanca. En apenas 30 minutos y con Paulao como protagonista, el fútbol se vistió de estado de ánimo y retrató con crudeza la realidad de dos equipos configurados para la supervivencia que, no hace mucho, separaron definitivamente sus caminos entre el triunfo y el naufragio. El Rayo se comió al Betis por puro optimismo; con dos jugadas de chiripa que derrumbaron al central del equipo visitante.
Rayo Vallecano, 3 - Betis, 1
Rayo Vallecano: Rubén; Arbilla, Zé Castro, Gálvez, Nacho; Saúl (Baena, m. 67), Trashorras; Rochina (Lass, m. 78), Bueno (Seba Fernández, m. 54), Iago Falque; y Larrivey. No utilizados: Cobeño; Mojica, Adrián y Longo.
Betis: Adán; Juanfran, Paulao (Vadillo, m. 30), Perquis (Jordi, m. 68), Chica; Lolo Reyes, N'Diaye, Nono; Leo Baptistao (Verdú, m. 68), Rubén Castro y Jorge Molina. No utilizados: Pedro; Cedrick, Varela y Braian.
Goles: 1-0. M. 14. Rochina. 2-0. M. 27. Paulao, en propia puerta. 3-0. M. 51. Larrivey. 3-1. M. 79. Chica.
Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Zé Castro, Saúl, Leo Baptistao, Gálvez, Arbilla y Nono.
Unos 13.000 espectadores en el estadio de Vallecas.
Se llama Paulo Afonso Santos, Paulao en la camiseta. Llegó al Betis en enero de 2012 procedente del Saint-Étienne, francés, tiene 31 años, mide 1,86 metros de estatura, y es de complexión hercúlea, rostro curtido y mirada implacable, pero en Vallecas sucumbió como un chiquillo presa de los nervios, el miedo y la melancolía. Corría el minuto 14 del partido y el Rayo ya había anunciado su voracidad cuando comenzó el tormento del jugador brasileño. Su compañero Perquis le entregó el balón desde el costado derecho y, en su intento de pase a Adán, dejó el balón muerto junto al punto de penalti para que lo embocara Rochina en su hambrienta llegada. Iba a ser una cesión funcionarial, pero se convirtió en el inicio de una pesadilla.
Poco después, a los 27 minutos, un centro de Arbilla desde la banda izquierda del ataque rayista selló su condena. Intentó despejar el balón y el peligro y se lanzó al suelo como tantas otras veces, con un gesto mecánico. Pero en esta ocasión, la pelota le golpeó en la espinillera y se elevó en un globo diabólico que superó a Adán.
Tendido en el área, Paulao hubiera querido desaparecer del césped, del mapa y de la superficie terrestre. Pero cuando despertó sus pifias seguían allí. Compañeros y rivales le intentaban tranquilizar con cariño y deportividad, pero, en su desconsuelo, el jugador no encontró mejor defensa que pedir a su entrenador que le sustituyera. Presentó la dimisión irrevocable en el partido. Calderón tardó tres minutos en hacer caso a su súplica, el tiempo que empleó Vadillo en darse unas carreras de calentamiento por la banda. Con el gesto desencajado y entre los aplausos de la hinchada vallecana, Paulao se marchó entonces al banquillo a rumiar su pena. “Se sentía responsable de los dos goles y es difícil para cualquiera asumir ese varapalo”, explicó después el entrenador.
A la vuelta de los vestuarios, Larrivey, con el noveno gol de su superlativa segunda vuelta, selló la goleada, la superioridad rayista en las áreas y la distancia entre los dos equipos. El compromiso colectivo y la fe irreductible en su ideario han rescatado al Rayo.
Los rayistas suman 20 puntos en las últimas 9 jornadas, los mismos que en las 25 primeras del campeonato
Hasta febrero, en los primeros siete meses de Liga, los de Jémez contaban en su expediente con 17 derrotas, dos empates y seis victorias en 25 jornadas —20 puntos y 62 goles en contra; a cinco puntos entonces de la salvación—. En las últimas nueve jornadas solo han concedido la derrota en el Bernabéu (5-0; con solo siete goles en contra en los otros ocho partidos) y han sumado 20 de los últimos 27 puntos posibles. El Rayo no ganaba cinco partidos seguidos de Primera en Vallecas desde 1978, con la victoria ante el Betis alcanzó los 40 puntos: garantía virtual de permanencia.
En un partido cargado de imágenes, Chica dejó la última para el álbum tras el gol del honor del Betis. Era su primer tanto en 202 partidos como profesional y se lo dedicó a Dani Jarque y Miki Roqué con una camiseta que le entregaron desde su banquillo.
“No vamos a parar”, anunció ambicioso Jémez tras el encuentro. “Con 40 puntos nos llega para la salvación, pero tenemos que exigirnos más y dejar al equipo lo más alto posible. No voy a dejar que nadie se duerma. No podemos caer en la mediocridad de relajarnos. Podemos sacar perfectamente los doce puntos que quedan y quedar entre los 10 primeros”, remató el técnico rayista tras una tarde de emociones en Vallecas en la que la euforia se comió a la desdicha.
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