No hay quien pille a Márquez

Quizás él sí tenga la respuesta a la pregunta que todos se hacen: ¿qué tiene Austin que Marc Márquez dibuja sus curvas con esa aparente sencillez, a veces como si fuera un contorsionista, señal inequívoca de lo cerca que está de los limites? Quizás él lo sepa, pero no confiesa. Solo concede que le gusta el circuito. Lo mismo que dijo hace un año, primero en los test privados que hizo con su equipo, luego durante el fin de semana de carreras. El año pasado logró en este escenario la primera victoria en MotoGP de su corta historia y este pretende dar un golpe al campeonato y apuntarse la segunda victoria consecutiva.

No hay quien le pille en el Circuito de las Américas. Es obvio que es una pista a la Honda le sienta de maravilla. Lo demuestra la primera fila que se formará en la parrilla de este domingo: la forman tres Honda. La primera, claro, la de Márquez, imposible de cazar en este trazado largo, de curvas enlazadas que exigen constantes cambios de dirección, pero también de frenadas fuertes que ponen a prueba la aceleración. Y nadie gana a las Honda en aceleración. La segunda, la de su compañero Pedrosa (a casi tres décimas de segundo), que, en silencio, va trabajando cual hormiguita en busca de alguna oportunidad de vencer a su colega. La tercera, la de Stefan Bradl (a 0,423s), que crece, paso a paso, con las carreras y la experiencia, y saca todo el partido a su Honda satélite.

Márquez logró la pole con un nuevo récord, que supera que ya firmó el curso pasado: estuvo a punto de batirlo en el primer intento, pero salió a la recta principal con el colín de su moto tambaleándose y aquello se lo impidió: por unas pocas milésimas solamente. Luchaba contra sí mismo, pues ningún otro contrincante puso en peligro ese primer puesto de la tabla al que se aupó nada más completar el primer giro a la pista. Y batió el récord al tercer intento. Pero el nuevo récord lo fijaría unos giros después, cuando los 15 minutos de sesión agonizaban y él todavía era capaz de seguir rebajando sus tiempos: 2 minutos, 2'773 segundos. Y el resto de la parrilla (que tampoco esperaba otra cosa) sucumbió.

Tras las tres Honda, apareció la Yamaha open de Aleix Espargaró, a más de cuatro décimas, que volvió a aprovechar el neumático súper blando para escalar posiciones. Tras él, las Yamaha oficiales de Jorge Lorenzo, quinto, y Valentino Rossi, sexto, a cuatro décimas de Márquez (una distancia esperanzadora tras un fin de semana complicado, especialmente para el mallorquín, y en un circuito hostil) y separados entre ellos por solo una milésima de segundo. Confía Márquez en marcar la diferencia en las primeras vueltas de la carrera del domingo. Y las Yamaha en no perderle de vista y sacar todo el rendimiento a su constancia. Cabrá esperar a ver cómo se levanta el día en la ciudad texana, que amenaza con unirse a la fiesta con una tormenta.

Miller logra su primera `pole´

Con un tiempo de récord en un circuito técnico y largo, Jack Miller consiguió la primera pole de su carrera. Fue el dominador de la sesión tras una mañana en la que destacó Efrén Vázquez, comodísimo con su Honda. No pudo el vasco, sin embargo, cazar a Miller, dispuesto a demostrar en un buen equipo y con una excelente KTM lo que tanto tiempo y sacrificio le ha costado. El australiano, de 19 años y afincado en España, es ya la revelación de la temporada. Por el trabajo realizado en invierno. Y por apuntarse con una excelente carrera la primera victoria del año, en Catar, y también la primera de su vida en el Mundial. Saldrá por delante de Vázquez y Rins, que cerrará la primera fila de la parrilla y sale un puesto por delante de su compañero de equipo Àlex Márquez.