El estirón del Atlético
Adrián se perfila como sustituto de Diego Costa para llegar a las semifinales en 40 años
Ante la expectación que levantan unos cuartos de final de la Liga de Campeones, el Atlético consideró que la sala de prensa del Vicente Calderón, aunque cumple con los requisitos marcados por la UEFA, podía generar estrecheces. Así que los encuentros con los medios se trasladaron a la sala VIP, reservada para las presentaciones de los jugadores y los actos institucionales o de los patrocinadores. Allí, acompañado de Simeone, se presentó Gabi, que oteó el horizonte antes de reflexionar: “Nos hemos ganado el derecho a que vengan aquí 200 periodistas, nunca lo habíamos visto. Estamos en el mejor momento de nuestras vidas”.
El Atlético tiene la oportunidad de disputar por primera vez en 40 años una semifinal de la Copa de Europa y a su entrenador, a los jugadores y a los dirigentes el estómago les hormiguea. En el club, además del prestigio deportivo, hablan de lo que supondría en términos de expansión de la marca plantarse en las semifinales. Imaginan los informativos de Oriente hablando de nuevo de un conjunto que encarna la parábola de David y Goliat, como ya sucedió en la gira asiática tras la conquista de la última Copa en el Bernabéu.
Parte el Atlético, dice Simeone “con una pequeña ventaja”, por el 1-1 con el que finalizó el partido de ida, pero con el problema que le suponen la baja ya segura de Arda, afectado de pubalgia, y la duda de si arriesgar o no con Diego Costa. “Si está al 90% podrá jugar. Si llega a eso, jugará; si no está tan bien, irá al banquillo y si no, no entrará en la lista”. Tras ejercitarse en solitario, finalmente Costa fue incluido en la convocatoria. Sin el hispanobrasileño, Simeone no pierde solo un goleador, sino al futbolista que mejor puede estirarle al equipo ante un rival que tendrá mucho la pelota y le obligará a replegarse. Muy seguro de sí mismo, anunció una decisión que retumbó en la sala. “Si él no juega lo hará Adrián, que nos dará mucho, será una gran oportunidad para él, confío en él y seguro que va a hacer un gol”. La apuesta por un futbolista que no ha vuelto a enseñar el nivel que mostró hace dos temporadas es una cuestión de fe del entrenador. Ya en la sala de prensa del Camp Nou empezó a madurar la decisión. “De todos los delanteros que tengo, el único que tiene esa velocidad de Costa es Adrián”. El sábado, ante el Villarreal, le concedió la media hora final, en circunstancias similares a las que se pueden dar hoy, con el equipo necesitado de un delantero que lo alargue, jugando al espacio para que se produzca en toda su extensión ese duelo estilístico que ha deparado tablas en los últimos cuatro enfrentamientos: “Ellos siempre piensan en hacer gol y manejar la mayor parte del partido. Vienen de hacer cuatro goles en la casa [el Bernabéu] de acá al lado. Nosotros cuidaremos los espacios y saldremos al contragolpe. Puede ser el partido más bonito de la Champions”.
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