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La fe del Chelsea tumba al PSG

El conjunto de Mourinho remonta con goles de Schürrle y Demba Ba ante un miedoso rival (2-0)

Mourinho va a abrazar a sus jugadores tras el gol de Demba Ba.
Mourinho va a abrazar a sus jugadores tras el gol de Demba Ba.GLYN KIRK (AFP)

Mourinho, simply the best [simplemente el mejor]”. La adoración de la grada de Stamford Bridge a su entrenador, José Mourinho, vivió este martes un nuevo capítulo cuando la fe del Chelsea y su habilidad para jugar el partido convenido tumbó a un PSG superado por sus miedos, los de un equipo sin carácter para aguantar la presión de las citas de este calibre, despersonalizado por la ausencia de Ibrahimovic por lesión.

En un choque áspero, cada vez más retorcido, el PSG se sintió desencajado por un Chelsea mucho más avezado en estos envites. Esos que suelen decidirse en la estrategia, terreno reservado tradicionalmente para los blues. El Chelsea es capaz de convertir en gol hasta un saque de banda desde el callejón del ocho. Aprovecha la potencia de los brazos de Ivanovic, que actúan como catapultas, a beneficio de la pelea aérea de David Luiz, de cuya prolongación sacó partido el empalme oportuno de Schürrle, sustituto (m. 17) del lesionado Hazard. El volante alemán no tiene el desequilibrio del belga, pero sí más gol.

CHELSEA, 2- PSG, 0

Chelsea: Cech; Ivanovic, Cahill, Terry, Azpilicueta; Oscar (Torres, m. 80), David Luiz, Lampard (Demba Ba, m. 66), Willian, Hazard (Schürrle, m. 17); y Eto'o. No utilizados: Schwarzer; A. Cole, Kalas, Mikel.

PSG: Sirigu; Jalet, Alex, Thiago Silva, Maxwell; Matuidi, Thiago Motta, Verratti (Cabaye, m. 54); Lavezzi (Pastore, m. 72), Cavani y Lucas Moura (Marquinhos, m. 83). No utilizados: Douchez; Digne, Van der Wiel, Ménez.

Goles: 1-0. M. 31. Schürrle. 2-0. M. 86. Demba Ba.

Árbitro: Pedro Proença. Amonestó a Willian, Verratti, Cavani, Lampard, Lucas Moura, Ivanovic, Maxwell y David Luiz.

Unos 42.000 espectadores en el estadio de Stamford Bridge.

A medida que transcurría la primera parte, el pánico fue creciendo en el PSG, defendiéndose cada vez más cerca de su portero Sirigu, responsable con un par de intervenciones de que el cuadro francés todavía se marchara con ventaja al descanso. Él y el oportuno cruce de Thiago Silva cuando cortó la carrera en vertical a la portería de Eto'o enfilando la meta de Sirigu. En ataque, el PSG resultó inocuo. Ni Lavezzi ni Lucas Moura enlazaron con Cavani, esperando en vano centros desajustados, poco fino el uruguayo cuando le llegó la ocasión.

El Chelsea aumentó la presión en el arranque del segundo tiempo: sendos tiros al larguero de Sirigu, el primero de Schürrle y el segundo de falta de Oscar. Ese gol que tanto les ha reclamado Mourinho a sus delanteros esta campaña lo buscó para el último tramo en Demba Ba, en lugar de Lampard, y antes que la opción de Fernando Torres, relegado al banquillo hasta cuando solo faltaban 10 minutos.

El PSG, mientras, necesitaba más contacto con la pelota y Laurent Blanc retiró a un desenfocado Lavezzi y probó con la presencia de Pastore, autor en la ida de un gol monumental en el último suspiro. Mejoró inmediatamente el conjunto francés en su relación con el balón, por fin le llegaron un par de pases largos en condiciones a Cavani, pero al uruguayo, tras controles excelentes, erró en un par de remates francos ante Cech.

El centro de la defensa francesa —Alex y Thiago Silva— parecía poder aguantar el resultado en el alambre. E incluso lo reforzó Blanc para los últimos instantes con la presencia de Marquinhos por delante de los centrales en sustitución de Lucas Moura. Pero justo entonces llegó el gol del Chelsea. Tantos defensas para morir en la orilla. El tiro cruzado de Azpilicueta pasó por entre una nube de defensores. Uno de ellos, Alex, lo desvió levemente y Demba Ba apareció cruzándose y golpeando con el alma, cayéndose y de mala manera, con la tibia, a gol. La carrera de 30 metros de Mou no fue para abrazar a Ba, hundido en una montaña por sus compañeros, sino a Torres: con la frialdad de los elegidos, le dio instrucción de que jugara más abierto en los minutos restantes.

Al PSG le quedaba una. Marquinhos colocó con suavidad junto a uno de los palos en el minuto ya 93. Surgió Cech de la nada y la desvió a córner. Ese es Cech, un portero que gana partidos. Y ese el Chelsea de Mou, feo de ver pero competitivo como siempre, como su entrenador.

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