Schuster se aferra a sus solistas
Dos destellos de Amrabat y las paradas de Caballero dan el triunfo al Málaga (0-2) ante un Osasuna con vértigo
Lo lleva Osasuna en su ADN. Tan interiorizado que, cada vez que hay una posibilidad de acercarse al confort, a la buena vida y la zona templada, le entra un ataque de vértigo, como aquel que se asoma a un precipicio, y recula para regresar a su punto de partida: el sufrimiento. Un punto del que huye el Málaga, huésped bien agradecido y que, a falta de partitura y con su técnico en la cuerda floja, aprovechó dos destellos de Amrabat para arañar un valioso triunfo de El Sadar, tomar oxígeno y echar un poco más de gasolina al incendio que azota a los puestos de descenso.
Fue el cuadro andaluz, trabado y apremiado por las urgencias, cuatro jornadas ya sin conocer la victoria, quien tomó la iniciativa. Como Schuster no da con la tecla y el bloque no termina de carburar, se aferró a sus mejores solistas. Uno de ellos Duda, cuya zurda sigue haciendo diabluras y que puso a prueba a Andrés con un zapatazo envenenado desde fuera del área, de esos que calibran la magnitud de un portero. El balón botó a un palmo del meta, con violencia, pero salió repelido con la misma determinación con la que enfilaba la red. Respondón, a Osasuna le entró un arrebato y quiso testear también a Caballero, otra pieza esencial en este Málaga, tan discreto como espléndido. Anoche, una tapia que sostuvo a su equipo. Sus recursos, propios de un portero de balonmano, evitaron el gol de Damià, primero, y de Cejudo después.
OSASUNA, 0 - MÁLAGA, 2
Osasuna: Andrés Fernández; Oier (Acuña, m. 65), Lòties, Arribas, Damià; Lolo (Nino, m. 76), Silva; Cejudo, Roberto Torres, Armenteros; y Oriol Riera. No utilizados: Riesgo, Loe, Joan Oriol, Flaño y Puñal.
Málaga: Caballero, Gámez, Angeleri, Ferreira, Antunes; Camacho, Darder (Tissone, m. 69); Samuel (Segio Sánchez, m. 55), Duda; Amrabat (Juanmi, m. 82); y Santa Cruz. No utilizados: Kameni, Iakovenko, Pablo Pérez y Rescaldani.
Goles: 0-1. M. 13: Samuel. 0-2. M. 65. Amrabat.
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes. Expulsó a Gámez por doble amarilla y amonestó a Silva, Darder y Camacho.
13.300 espectadores en El Sadar.
Envalentonados los navarros, el Málaga no perdió la forma. Camacho rascó todo lo rascable en la sala de máquinas y después apareció Amrabat, un llegador con desequilibrio que fabricó un fogonazo delicioso. Encaró a Lòties, demasiado contemplativo, y templó hacia el corazón del área para que Samuel arquease la pelota por encima de Andrés. Una parábola certera y complicadísima.
Quiso resarcirse el zaguero francés, cuyo despliegue físico es tan descomunal y elogiable como desconcertante. Su anarquía estuvo a punto de concederle el empate a Osasuna hasta en tres ocasiones, pero el poste, su candidez y su escaso tino para para darle una trayectoria acertada al balón desesperaron a la grada de Pamplona.
Nada más comenzar el segundo acto, Gámez enseñó el codo a Torres en un pulso aéreo y, tras haber visto ya antes una amarilla, enfiló el túnel de vestuarios antes de tiempo. Mal escenario para al Málaga, pero solo a priori, porque el equipo de Schuster no solo consiguió mantener la compostura, sino que además tuvo arrestos para liquidar el encuentro. Fue Amrabat, cedido por el Galatasaray en el mercado de invierno, una botella de oxígeno, quien aprovechó un despropósito de los centrales para dibujar un tuya y mía con Santa Cruz que derivó en un disparo cruzado del primero. En el tanto que alivió al Málaga y selló el duelo. El resto, poco más, ya se sabe: lo hizo Caballero.
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