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Messi y Neymar no se encuentran

El argentino se ha reencontrado con el gol y el brasileño penaliza por su fragilidad

Zaldua intenta arrebatarle el balón a Neymar.
Zaldua intenta arrebatarle el balón a Neymar.VINCENT WEST (Reuters)

La conjunción entre Messi y Neymar se anunciaba como demoledora y el carril de la banda izquierda invitaba a frotarse las manos en el Barça. A la hora de la verdad, juntar a Jordi Alba, Iniesta y a la mariposa del Santos no ha funcionado y sumar a Messi con Neymar, aún menos. Ni las sensaciones ni la estadística justifican las expectativas porque apenas han coincidido ocho veces en el equipo titular y solo han terminado tres de los partidos que comenzaron juntos.

Neymar se ha juntado poco con Messi y el plan previsto en el flanco cayó como quien sopla un castillo de naipes: Alba se ha roto muscularmente como el cristal, las apariciones de Iniesta han sido intermitentes, aunque últimamente decisivas; y a Neymar se le sigue esperando como punta de la banda y socio de Messi, con el que ha cuajado tan poco que solamente se les recuerda un partido en el que hayan sido decisivos este año partiendo desde el inicio: en el Camp Nou contra el Madrid, cuando el brasileño logró el primer gol; en el club lo justifican atendiendo al parte médico.

El caso es que Neymar no ha congeniado en la cancha con Messi más allá de que ambos hayan caído lesionados. Se dio por hecho que con la sola presencia de las figuras en el campo bastaba y resulta que todo es más complicado de lo que se creían en los despachos. Juntarles requiere trabajo y voluntad porque un equipo no se construye sobre el papel, ni en la pizarra, sino sobre el cuajo del trabajo diario y especialmente, al comparecer en el césped durante los partidos, donde el algodón no engaña. Llegada la hora de la verdad, con la imaginación no basta y el resultado ha sido decepcionante, por lo menos hasta el momento: No se han cubierto las expectativas.

Introducido poco a poco, Neymar funcionó bien al inicio de temporada como parte del coro. Parecía asumir su condición de acompañante y estaba especialmente interesado en comprender las claves del juego posicional, el cuándo y el cómo, el momento del pase y la llegada al remate. Pero ante la exigencia, sucumbió al ser invitado a comparecer como solista al lesionarse Messi. Luego, el que se lesionó fue él, y si al inicio del curso el que tuvo problemas extradeportivos fue Messi ahora en el reencuentro, es Neymar.

Neymar y Messi, al juntarse, no han compartido lienzo. Uno ha dejado pinceladas y el otro ha mantenido su jerarquía. Messi ha visto a su lado a Neymar en ocho partidos desde el inicio —en el Camp Nou, ante el Sevilla, Real Sociedad, Real Madrid y Espanyol; y fuera, contra el Valencia, Rayo, Betis y Real Sociedad—. En todos, Neymar vio cinco cartulinas amarillas y Messi, ninguna. Se les computan goles cuando han coincidido en la cancha: cinco de Messi —tres contra el Valencia en Mestalla— y tres del brasileño Más allá de ello, Neymar no ha recibido ninguna asistencia de gol del argentino en lo que va de Liga y el argentino ha disfrutado de tres, todas en el mes de septiembre. Entonces, todo parecía encarrilado, pero resultó un espejismo. En lo que va de temporada, Messi le ha dado 41 pases a Neymar y este, sólo 27 a la Pulga.

La ecuación no cuadra y el equipo da bandazos cuando se afronta la parte decisiva de la temporada. Messi marcó el gol de Anoeta. Neymar, por contra, acusó una fuerte entrada al inicio del partido, tuvo que cambiarse las botas y regresó renqueante a Barcelona. La actuación del brasileño nada tuvo que ver con su buena salida en Manchester cuando combinó con Alves en la jugada d el 0-2.

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