Inglaterra frustra el sueño de Irlanda
Tras la victoria del XV de la Rosa en Twickenham (13-10), ya no hay equipos invictos en esta edición del Seis Naciones
Hace cinco años, en 2009, Irlanda alcanzó su segundo y último Grand Slam del VI Naciones y hasta mediada la segunda parte de su partido de Twickenham aún podía soñar con que en 2014 llegaría el tercero. Además, y después de la dolorosa e inesperada derrota de Francia en Cardiff la víspera, era el XV del Trébol, el equipo del feroz O’Conell y del exquisito apertura Sexton, el único conjunto que aún podía luchar por el título más señalado, el que distingue a aquellos que logran derrotar a sus cinco rivales. Y en ello estaban los irlandeses tras un comienzo arrollador del segundo tiempo, un ensayo de su zaguero intercalado y rompedor Rob Kearney, un golpe transformado por el pie mágico de Sexton. Ahí estaban, el 3-0 (golpe de castigo de Farrell) con que los blancos habían dado esperanzas a los más de 80.000 aficionados que reventaban la catedral londinense de Twickenham, se había convertido en un 3-10. Y el viento, y el momento del partido, soplaba, o eso parecía, para Irlanda, creativa, imaginativa, con una delantera fuerte, muy fuerte (reina de las melés, abusadora en los mauls con que daban continuidad a los balones ganados fácilmente en las touches) y un juego de mano veloz.
Y eso fue así hasta que, tras un nuevo golpe de castigo de Farrell (6-10) desde las profundidades de una Inglaterra irredenta emergió rompedora la carrera de una especie de Nosferatu todo músculo y agresividad llamado Mike Brown, una roca con el número 15 en la espalda. El zaguero inglés rompió como si nada la temida delantera irlandesa por el centro a la altura casi del centro. Después, ante el zaguero rival solo tuvo que pasarla al atacante que le acompañaba, el medio melé Danny Care, vivaz y alegre, para conseguir un ensayo bajo palos que dio la vuelta a la tendencia. Inglaterra se puso por delante 13-10 y fue como si de repente todo el juego, fuerza y alegría que habían sostenido el sueño irlandés, y hasta el toque de las patadas prodigiosas de Sexton, se esfumaran entre el gritería y los vapores de Guinnes y olor a salchicha frita que invadían Twickenham. Quedaban 23 minutos que fueron 23 minutos de impotencia y errores de los irlandeses.
En el otro partido de la jornada, Escocia, que había perdido los dos primeros encuentros, evitó el ridículo en el último minuto con un drop en el último minuto de Weir, y se impuso en Roma a Italia por 21-20. Cumplidas tres jornadas, en la clasificación del VI Naciones 2014, Inglaterra, Francia, Gales e Irlanda cuentan con dos victorias; Escocia con una e Italia sigue sin ganar.
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