Por fin, Picasso
La pareja de danza, debutante, borda el programa corto y podrá mostrar un ejercicio libre diseñado en Canadá en homenaje al pintor
Una de las razones por las que la pareja formada por los patinadores Sara Hurtado y Adrià Díaz quería estar entre los 20 mejores especialistas de danza era para mostrar al mundo su programa largo, cocinado con mimo en Montreal (Canadá), donde viven desde hace dos años. Con esa presión y con la de los debutantes salieron los españoles ayer a la pista del Iceberg Palace de Sochi a presentar su programa corto, que es el que hace el corte entre los que continúan en competición y los que se van a casa. Lo bordaron. Se les notó disfrutar sobre el hielo, lograron su mejor puntuación personal (58,58 puntos) y acabaron 12º, tres puestos por encima de lo que su entrenador, Patrice Lauzon, había calculado en plan optimista.
La historia que la madrileña y el barcelonés estaban deseando contar hoy sobre los patines es una historia de amor, desamor y drama. La de Pablo Picasso con la artista Dora Maar. “Buscábamos algo español pero no queríamos hacer flamenco o pasodoble”, explicaba antes de la competición Lauzon. “De ahí surgió la idea de hacer algo sobre Picasso y encontramos la música de la película Surviving Picasso, que es la que utilizamos en la primera parte del programa”.
La parte final fue más complicada. No daban con la música adecuada. La encontró la patinadora “una noche de desvelo” en su apartamento canadiense. “La escuché un día en mi cuarto y dije: ‘Es esta”, explicaba ayer. La música que tanto le había conmovido era una pieza de Estrella Morente llamada Le di a la caza alcance, con versos de San Juan de la Cruz. “A mí al principio no me gustó”, concede Adrià. Pero a sus entrenadores, a Patrice y a su mujer Marie-France Dubreuil, que fueron dos veces sucampeones del mundo mediada la pasada década, les encantó.
Buscábamos algo español, pero no queríamos hacer flamenco o pasodoble”
Pero no solo han querido marcar la diferencia con la música. “Hemos intentado innovar, probar nuevas elevaciones [esos momentos en los que el patinador sostiene en el aire a la chica, nunca por encima de su cabeza], nuevos elementos, nuevos movimientos…”, enumera Hurtado, exultante tras lograr una nota en el programa corto con la que lograron superar a parejas de potencias como Canadá y Rusia. En la grada, los padres de la patinadora, Javier Fernández y Javier Raya y Ander Mirambell.
El traje de la española también es original. Una artista ha pintado a mano en su espalda el retrato que Picasso hizo de su amante. Como al patinar la pintura se desgasta, ha tenido que retocarlo varias veces. También se han ayudado de una profesora de teatro para mejorar la expresión.
Todo eso es lo que mostrarán hoy (17.15, Tdp), con el objetivo ya cumplido. “Nos quitamos todas las presiones de encima porque es un programa que no solo lo patinamos sino que lo vivimos. Entramos como en una burbuja”, dice Hurtado, de 22 años. “Entramos en una burbuja en la que solo estamos ella y yo”, acaba la frase Adrià, dos años mayor. “Lo que hace este programa tan especial es que son capaces de mostrar esa conexión, por eso funciona tan bien”, cierra el técnico.
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