Bjoerndalen falla el tiro
Noruega baja el nivel clásico, Estados Unidos sube el moderno y reaparece China sobre patines de velocidad
Ole Einar Bjoerndalen erró el tiro y continúa anclado en su récord igualado de 12 medallas olímpicas. Su compatriota Bjorn Daehlie, el rey del esquí nórdico, aún sigue en cabeza con él. La leyenda del biatlón no pudo ni soñar con recuperar en el esquí de fondo sus pifias en el tiro. Falló uno de los cinco disparos de cada serie programada en los 20 kilómetros, y su prueba se convirtió en 20,6 por las penalizaciones. Cuatro vueltas más de 150 metros. Se fue, o al final se dejó ir, hasta un impropio 31 puesto, a casi cuatro minutos del vencedor. El francés Martin Fourcade, siempre favorito, mostró de nuevo su gran forma al repetir el oro de la persecución. El fallo del primer día en el sprint le ha hecho despegar imparable y los Juegos no han terminado. Tampoco para Bjoerndalen, pero su margen de asalto hacia la plusmarca de medallas es cada vez menor.
El alemán Eric Gesser, uno de los dos biatletas que acertaron las 20 dianas entre la casi treintena de primeros clasificados, ganó la plata. Al austriaco Landertinger le había servido para lograr el mismo segundo lugar en el sprint del primer día, pero ayer solo para el quinto. Gesser siguió la estela de sus míticos predecesores Rico Gross, Frank Luck o Sven Fischer, que basaban en la precisión muchos de sus éxitos. Bjoerndalen falló cuando había sido plata en Vancouver 2010 y en Turín 2006, pero también lo hizo el que fue oro de hace cuatro años, su compatriota Emil Hegle Svensen, solo séptimo ahora.
Noruega no tuvo su día y bajó su nivel en las modalidades clásicas. En los 10 kilómetros del esquí de fondo, solo Therese Johaug enjugó sus lágrimas del cuarto puesto en el skiatlón del primer día (mitad con esquí en paralelo y mitad libre, de patinador) con el bronce ayer en los 10 clásicos (soloo en paralelo). La polaca Justina Kowalczyk, oro en los 30 kilómetros de 2010, confirmó su calidad pese a tener problemas en un tobillo y se lo quitó a la campeona anterior, la sueca Kalla, plata como en el skiatlón. En el reparto no entró la noruega, Marit Bjoergen, bronce en 2010 y apenas quinta ayer. Aunque empezó con su triunfo del primer día, fue ya solo undécima en el sprint (que también ganó en Vancouver, pero con estilo clásico y esta vez fue libre). Ya no podrá igualar sus cinco medallas de hace cuatro años.
Revancha completa de Estados Unidos
Además de la paliza, 7-1, a Eslovaquia, en el debú del hockey masculino, Estados Unidos se terminó de recuperar, y a lo grande, del disgusto por el fiasco de Shaun White, el “Tomate volador”, en el half-pipe del snowboard. El miércoles empezaron la revancha las mujeres, con el triunfo de Kaitlyn Farrington ante la campeona olímpica de Vancouver, la australiana Tora Bright, plusmarquista de sonrisas en estas modalidades tan desenfadadas, pero también con el bronce repetido de Kelly Clark. Ayer, al estilo holandés en el patinaje de velocidad, coparon el podio del mismo slopestyle que también debutaba en el programa del esquí libre o acrobático. Era más candidato al oro Nick Goepper, pero se tuvo que conformar con el bronce. Joss Christensen dominó ya la semifinal y sentenció la final con un triple tirabuzón 1440 en la primera manga. Incluso sacó la siguiente máxima puntuación en la segunda aunque basta la mejor. Gus Kenworty solo se le acercó en ella, mientras Goepper, que ya tenía el podio asegurado en otro ejercicio tremendo en su primera bajada, falló al arriesgar en la siguiente. Pero más lo hizo el sueco Jesper Tjader, que salía como uno de los favoritos y ni entró en la final. O los canadienses, que sin su figura Mike Riddle cortaron así su racha de tres victorias en la modalidad. Según todos los especialistas fue un concurso memorable, superior al de los mejores X Games de donde procede toda la marea acrobática.
China dorada sobre patines de velocidad
Holanda fue relativamente modesta esta vez en el patinaje de velocidad e Ireen Wust perdió en los 1.000 metros el oro con la china Hong Zhang, otra de las favoritas. Sumó otro bronce de Margot Boer y mantiene su impresionante dominio de 12 medallas de 18 repartidas, con cuatro oros de seis. Pero la reaparición de China en la cumbre fue global. Se resarció así de su duro desalojo del podio en la modalidad artística por parejas donde habían sido oro y plata hace cuatro años. El día dorado chino lo completó ayer Jianru Li en la pista corta. La ausencia de la imbatible Meng Wang por una fractura de tobillo no garantizaba al país el triunfo en la prueba más rápida, los 500 metros. Kexin Fan era la mejor aspirante y al final fue quinta. Pero no importó. Surgió otra. Li superó a la experta italiana Fontana, bronce en Vancouver.
Luge total alemán
El luge, trineo con el atleta tumbado boca arriba, fue el paseo alemán que se esperaba. Y por primera vez los campeones se llevarán doble ración de oro, pues a las pruebas individuales y de dobles (ésta sólo masculina), se sumó la nueva por equipos. Participaron los mismos mejores, sucesivamente, sumándose al final los tiempos. Felix Loch, Natalia Geisenberg, y los dos Tobias, Wendl y Artl, volvieron a ser los más rápidos. Con ello sacaron más de un segundo a Rusia y más de segundo y medio a Letonia. Armin Zoeggeler no pudo sumar su séptima medalla porque sus compañeros se fueron a los sextos puestos e Italia al quinto lugar. Peor le fue a Austria, pese al segundo tiempo del doble de los hermanos Linger, que confirmaron el que les dio la plata en su prueba. Pero individualmente fueron modestos séptima y octavo.
En la retina quedaron aún los angustiosos segundos el miércoles del segundo doble austriaco, Penz-Fischler, que iban por el bronce y lo perdieron angustiosamente. En la segunda manga, a los 25 segundos del recorrido, prácticamente en la mitad, tomaron mal una curva, perdieron la línea y sólo su calidad impidió otra catástrofe. Siempre está en el recuerdo la muerte del georgiano Nudar Kumaritashvili en el último entrenamiento antes de los Juegos de Vancouver. Las protecciones han sido múltiples esta vez, pero a esas velocidades cualquier tragedia puede ocurrir. Piernas abajo para intentar frenar algo, brazos contra los bordes de hielo para tratar de estabilizar el luge…Ambos se veían desbordados. El vuelco rondó unos interminables 30 segundos más porque la pareja siguió bajando descontrolada y acabó cruzando la meta apenas con cinco sobre lo que les habría confirmado el tercer lugar conseguido ya en la primera manga. A mucha velocidad todavía. A más de 107 kilómetros por hora en lugar de los 130 sin el percance. Sin medalla, apoyando las cabezas en el borde final, entre la decepción y el susto. Pero vivos.
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