Osasuna agiganta los fantasmas azules
Dos goles de los navarros terminan con un Getafe muy tierno, que sigue sin ganar en 2014
Dos equipos sin demasiado gol, en un estado irregular y en una posición nada fiable, completaron un partido intenso, de ida y vuelta, que acabó por señalar que incluso en la medianía hay clases. Osasuna neutralizó a un Getafe sin recursos ofensivos, blando a la hora de defender lo suyo y sin capacidad para cambiar el guion cuando se le apresura el final de una obra desafortunada. Los navarros, con dos goles en dos despistes, consiguieron recuperar la confianza perdida y meter en problemas a un rival al que igualan ya en la clasificación y que sigue sin saber lo que es ganar en 2014.
OSASUNA, 2 - GETAFE, 0
Osasuna: Damía, Loties, Arribas, Marc Bertrán; Puñal (Lolo, m. 45), Silva, Cejudo (Oier, m. 75), De las Cuevas (Roberto Torres, m. 45), Armenteros; Oriol Riera. No utilizados: Riesgo, Acuña, Lobato, Raoul Loe.
Getafe: Moyá; Arroyo, Lisandro, Rafa (Alexis, m. 43), Roberto Lago; Míchel (Gavilán, m. 73), Borja; Pedro León, Diego Castro, Lafita; Ciprian (Colunga, m. 40). No utilizados: Codina, Lacen, Juan Rodríguez, Sarabia.
Goles: 1-0. M. 6. Oriol Riera. 2-0. M. 87. Roberto Torres.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Roberto Lago, Alexis, Armenteros, Arroyo, Borja,
El Sadar. Unos 14.189 espectadores
Arrancó el Getafe con intensidad, queriendo sentirse protagonista del partido a costa de cambiarle el paso a Osasuna. El navarro es un equipo necesitado de la carrera y la excitación para sentirse vivo. Lo consiguieron los azulones, hoy de verde, en los primeros cinco minutos de partido en los que pudieron adelantarse si Borja hubiera acertado a dirigir hacia la portería un mal despeje de Andrés en un lanzamiento de falta de Pedro León. No fue así y el Getafe pagó su ineficacia goleadora, esa que le ha llevado a permanecer los últimos seis partidos sin anotar un solo tanto, con un gol en su contra. Filtró Silva un balón largo, manso y televisado entre la defensa del Getafe, que debió sintonizar otro canal en ese mismo momento, y Oriol Riera, que se había escondido entre las sombras de Rafa y Roberto Lago, superó a Moyá con una precisa vaselina.
El gol sacudió el nerviosismo de Osasuna y estiró la ansiedad del Getafe, al que los fantasmas le atormentan por esa falta de riego sanguíneo que le mantiene congelado el espíritu. Con Lafita acostado en la banda izquierda, una reubicación que despendoló a Diego Castro en el centro del campo, el ataque del Getafe funcionó con algo más de productividad de lo esperado. La movilidad del gallego por detrás de Ciprian situó a Lafita al borde del área gracias a una buena maniobra del extremo, pero su disparo, raso pero de escasa potencia, lo atrapó Andrés sin demasiados problemas. Y eso que no fue el mejor partido del portero murciano, que, sin embargo, vivió bien resguardado por Loties y Arribas, una pareja cada vez más consolidada.
El conjunto de Luis García suma seis partidos sin marcar
Sin el balón, Puñal, una de las novedades de Javi Gracia en el once inicial, fue diluyéndose hasta que fue sustituido al borde del descanso por molestias físicas. Los últimos tres minutos de partido dieron para cuatro cambios, dos por barba, y para comprometer la capacidad de readaptación de ambos equipos de cara a la segunda mitad. Abandonaron también el campo Ciprian, mareado tras un golpe en la cabeza con Arribas, Rafa, que dejó su sitio a Alexis, y De las Cuevas, dolorido en el tobillo tras una entrada de Borja. Todo un desfile de malheridos que al menos fue equitativo en el reparto de las bajas.
Si hubo un elemento que se mantuvo en la segunda parte fue intensidad en el contacto. Mal aplicada, eso sí, provocó multitud de imprecisiones y balones que viajaban metros y metros sin dirección y sin remite. A Osasuna no le fue mal, pues con el resultado a favor y con Oriol Riera fijando a la defensa, Armenteros y Juanfran Torres dispusieron de espacio suficiente para ensanchar el campo. Pudo ampliar el argentino la diferencia en el marcador pero no fue capaz de superar a Moyá en un mano a mano tras un contragolpe bien llevado a cabo por Osasuna.
En esa guerra controlada, no conseguía ganar terreno el Getafe, que maneja escaso repertorio cuando los rivales se comprimen y defienden bien el balón por alto. A pesar del siempre inquietante golpeo de Pedro León, del que solo se tuvo noticias en este tipo de circunstancias, Osasuna repelió con suficiencia y anuló el principal argumento de su rival. Además, Andrés se resarció de sus primeros errores al arrebatar el balón de las piernas a Colunga cuando el delantero se disponía a quebrarle dentro del área. Nueva concesión de los azulones que volvieron a aprovechar los navarros, esta vez gracias a una galopada de Roberto Torres, que partió sin oposición desde su campo y que superó a Moyá con un remate cruzado.
Y así, con las debilidades reconocidas y las virtudes maniatadas, Osasuna amilanó al Getafe, al que enfanga en la lucha por la permanencia. Un factor que compromete más si cabe al equipo de Luis García, que sigue atrapado en su apatía y sin remedio a la vista.
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