Dinamarca no falta a su fiesta

Tiene solo 25 años y parece eterno. Niklas Landin, el capitán danés, el guardián de la portería de la campeona europea, tenía claro quién podría entrar a la fiesta final y quién no. Sin dar un recital, apareció en los momentos en los que se espera a los grandes. Fueron solo ocho paradas las que realizó, suficientes para cortocircuitar a Croacia. España luchará por el bronce con la misma selección que se lo arrebató en el Europeo de Serbia hace dos años.

Make my day, alégrame el día, rezan las miles de camisetas de los aficionados daneses en el Jyske Bank Boxen. Un lema que pocos interpretan como Landin y Mikkel Hansen. Uno bajo los palos, otro como creador, pues considerarle solo un cañonero sería menospreciar un talento que escasea, lideraron a la anfitriona. Uno bajo los palos; el gigante rubio de la cinta blanca repartiendo juego y balones que Eggert, Toft Hansen y compañía se encargaban de introducir en la portería croata.

Dinamarca supo contener la respiración y no venirse abajo con el marcador adverso. Se fue al descanso con dos goles de desventaja sobre un equipo dependiente sobremanera de Duvnjak. Un peaje demasiado caro en el segundo acto. Y es que Croacia siempre está en la lucha por las medallas, pero no en la batalla final. Actual bronce olímpico, mundial y Europeo, le toca ahora a España poder quitarle este último privilegio de consolación.