Los bajos fondos del tenis

El español Guillermo Olaso, número 236, que llegó a ser el 167, ha sido condenado a cinco años sin jugar y 25.000 dólares de multa (más de 18.000 euros) porque la Unidad por la Integridad en el Tenis (organismo independiente al que se someten ATP, WTA, ITF y los grandes) considera probado que no denunció una propuesta para amañar un partido del circuito challenger en 2010 (torneo de Astana, en Kazajistán) en el que una red rusa tenía el objetivo de apostar on-line conociendo el resultado previamente. Olaso, que perdió aquel partido, niega haber participado de la estafa y dice haber sufrido un cuadro de “miedo y ansiedad” porque desde entonces fue contactado repetidamente por la organización criminal, lo que sí habría denunciado “en múltiples ocasiones”. El tenista, de 25 años, recurrirá la decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Su defensa mantiene que la sanción es de 42 meses (tres años y medio), porque se reducirá si acude a cursos de rehabilitación y de educación contra la corrupción.

El nombre clave en la trama es David Savic, tenista serbio ya suspendido de por vida en 2011 por ser el encargado de contactar a los jugadores en una red de amaños rusa. Él fue quien habló con el vasco en 2010, según la versión del español. Su modus operandi ya se dio por probado en el juicio que se instruyó en el TAS y acabó con su carrera en 2012. Así, varios compañeros de profesión denunciaron que Savic les había contactado por teléfono, mensajes de texto y Skype para que se dejaran ganar el primer set. A cambio, les ofrecía 30.000 dólares (casi 22.000 euros) con los que endulzar su paso por el circuito ATP, el ático del tenis.

Los ‘challenger’ son objetivo de las mafias porque solo se ganan unos cientos de euros

Olaso, que en toda su carrera no ha llegado a ganar 250.000 dólares (más de 190.000 euros), de los que hay que descontar viajes, hoteles y gastos en entrenadores, participaba en torneos challenger, el escalón más bajo del circuito profesional, donde los torneos reparten entre 35.000 (unos 25.500 euros) y 125.000 dólares (unos 91.000). Es decir, los tenistas ganan unos pocos cientos de euros a la semana, lo que les convierte en objetivos de los muñidores de resultados. Precisamente, Federbet, que agrupa a los grandes operadores de apuestas europeos, investiga tres partidos challengers de noviembre con un flujo anormal de dinero.

El entorno de Olaso explica que su defensa, en manos del abogado Javier Tebas, también presidente de la Liga de Fútbol Profesional, aducirá frente al TAS que fue extorsionado. También, que pecó de ingenuo por no denunciar ante las autoridades que había sido contactado por una mafia. “Debo aclarar que no acepté la propuesta, que rechacé todo ofrecimiento de dinero, que no he arreglado en toda mi carrera el resultado de ningún partido de tenis, y que tras esa terrible experiencia he venido denunciando en múltiples ocasiones al Tennis Integrity Unit [TIU] los acercamientos que he padecido”, argumentó el propio Olaso en un comunicado.

Desde que se instituyó en 2008, la TIU, integrada fundamentalmente por exagentes de Scotland Yard y de la policía metropolitana de Londres, acumula investigaciones y castigos: solo en 2013 han sido sancionados por participar en amaños, apostar en partidos o no informar a las autoridades de que habían sido contactados para alterar resultados cuatro tensitas; y tres (Savic, Koellerer y Krotiouk) han sido suspendidos de por vida desde que la TIU trabaja.