Maniobra de reconocimiento del Madrid en Milán

Veni, vidi, vici. Como si de una maniobra de reconocimiento se tratara, el Madrid aterrizó en Milán para tomar medidas a la cancha en la que finalizará el camino por la corona europea el próximo 18 de mayo y salió con su 18º triunfo del curso. El Mediolanum Forum, con una superficie de 40.000 metros cuadrados y capacidad para 12.500 espectadores, acogerá la Final Four de 2014 después de un viaje de una treintena de partidos y siete meses de competición y, por el momento, no hay equipo en Europa que presente mejores credenciales rumbo al título. Ante el Armani los de Laso certificaron el primer puesto de su grupo a falta de dos jornadas para la conclusión de la primera fase con un solvente ejercicio en el que alternaron espectáculo, precisión y firmeza. Rudy Fernández, con 16 puntos, cinco rebotes en defensa, tres asistencias y siete faltas recibidas, lideró a un conjunto en el que también destacó la generosidad de Llull, con siete asistencias, y las prestaciones de Mejri que, en ausencia de Bourousis, aportó puntos (10), rebotes (7) y mucha intimidación bajo los aros.

El primer cuarto fue un intercambio de golpes desde el perímetro. Cinco de las seis primeras canastas del partido volaron desde el 6,75 en un concurso de puntería que inició Rudy, continuó Darden y remató Melli con el triple que cerró unos intensos primeros 10 minutos (19-23). Pero, tras el primer suspiro, el Madrid desató otra de sus ya famosas tormentas. 19 puntos sin fallo en apenas seis minutos, con cinco triples y dos canastas de dos, con ocho puntos de Sergio Rodríguez y seis de Carroll, con otra exhibición de plenitud física y técnica que abrumó y descosió al Armani. Grogui ante el espectáculo de asistencias mirando al tendido del Chacho y los triples sin margen de maniobra de Carroll, el conjunto italiano alternó sin éxito la defensa individual y la zona, pero la fuga blanca llegó hasta el 23-43 del minuto 16 tras un parcial que dejó tiritando el partido. Visto para sentencia.

Faltaban dos pesos pesados en la pintura, uno por cada equipo. Samardo Samuels, con una fractura en la mano, dejó el peso de las operaciones en el conjunto local en manos de Langford, segundo mejor anotador de la competición, lanzado en las tres jornadas previas a más de 25 puntos de media. Ioannis Bourousis, con una fractura en el pómulo derecho y el ojo amoratado, dio la alternativa a Mejri en el quinteto inicial y mayor cuota de minutos en la rotación. Pero Langford, bien maniatado por la defensa madridista, no encontró el interruptor (solo 8 puntos) en el cuadro de Luca Banchi y, sin embargo, nada se alteró en la dinámica lanzada de los de Laso. El tunecino, atinado de cara al aro y activo en el rebote, aprovechó su tiempo (13 de valoración en 13 minutos) y consolidó el dominio visitante. Sin Bourousis, fueron Slaughter –“el mejor defensor de Europa”, en palabras de su técnico- y Felipe, los que ajustaron las tuercas bajo los aros, mientras Rudy sellaba el despegue del subcampeón de Europa (42-60, m. 27).

Con Moss y Wallace negados en el lanzamiento y Melli desenfocado tras su efervescente arranque, solo el voluntarismo de Gentile y los arrebatos episódicos de Jerrells sostenían al Armani. Pero la digna resistencia del conjunto italiano no le alcanzó para desatar la emoción. Solo lograron rebajar la frontera psicológica de los 10 puntos de desventaja en los segundos finales. No hizo falta la mejor versión de Mirotic, bastó con la hiperactividad de Rudy. Aparcando el espectáculo, los de Laso gestionaron el tramo final con un firme ejercicio de profesionalidad que aplacó cualquier arrebato postrero de los locales a los que les quedó la honrilla de firmar la derrota más digna (71-78) ante un equipo que llegará lanzado al Top16. Nadie encuentra el antídoto para este Madrid.