Jesé tiene arte para el gol y el rap

Las escuelas de fútbol producen dos clases de arquetipos. Por un lado está el jugador académico y por otro ese que los técnicos y los aficionados denominan “diferente”, “distinto”, o “especial”. Morata es un ejemplo de atacante de talento académico porque se destaca en todas las asignaturas de la escuela elemental de goleadores. Jesé Rodríguez, en cambio, pertenece a la especie de los “diferentes” porque asombra de un modo espontáneo. Dentro del campo, en donde se caracteriza por su eficacia ante el gol, y fuera, donde su don para la música le llevó a fundar un grupo de reggaeton.

Animado por el deseo de españolizar la plantilla del primer equipo, Florentino Pérez impulsó este verano el ascenso de Morata y Jesé, las dos perlas del Castilla. El presidente del Madrid siempre sintió predilección por los dos, pero especialmente por Jesé, porque pertenece a esa clase de jugadores cuya virtud se puede admirar sin ser un experto.

Dicen sus allegados que Pérez siempre apreció los talentos si exhibían alguna habilidad llamativa, como el regate, la velocidad, la inventiva, o la capacidad para meter goles hermosos. Jesé tenía todo esto en cantidades asombrosas. Lo demostró desde que llegó a Valdebebas con 14 años, en 2007, y lo ha confirmado en los minutos que le ha brindado Ancelotti. Su gol en el Camp Nou mezcló potencia, velocidad, y genio para definir. Su asistencia a Benzema para el 0-2 en Almería liquidó el partido y recobró al equipo del desconcierto que supuso la baja de Cristiano por lesión.

"Siempre remata con el interior", dice un responsable federativo, "jamás con el empeine"

Ancelotti se felicitó el sábado por poder contar con un muchacho de 20 años que se comporta con la frialdad de un veterano cada vez que le mete en los partidos, sea de segunda punta o de extremo izquierda. El entrenador del Madrid cada día le contempla con mejores ojos. Ayer admitió que considera seriamente la posibilidad de sustituir a Cristiano por Jesé frente al Galatasaray, esta noche. Las palabras tuvieron una resonancia agradable a los oídos de los canteranos. Últimamente, Morata y Jesé cavilan con cierto pesimismo sobre las oportunidades reales de poder afianzarse en el Madrid. Entre los jugadores de la academia como Morata y Jesé existe la creencia de que el club no presionará para que jueguen ellos, que no costaron nada, como presiona para que jueguen Illarra o Isco, que entre ambos costaron 70 millones.

La criba que separa el fútbol base del profesionalismo parece interminable pero Jesé sabe que cuenta con un par de cartas de mucho peso. Primero, la tutela del presidente y de Zinedine Zidane, su vicario en Valdebebas, que le dedica casi tanto tiempo a darle consejos como a Benzema, el primer cliente de su despacho de coaching. Segundo, y más importante, su poder futbolístico.

Jesé es un número fijo en las convocatorias de las selecciones Sub-21 de España desde que Aitor Karanka lo llamó con 14 años. En este periodo los técnicos destacan su maduración personal. Después de una adolescencia un tanto desaforada, en la que le suspendieron 15 fechas por agredir a un árbitro y protagonizó algún incidente de violencia y menosprecio a rivales, los gestores del fútbol de inferiores de España aseguran que Jesé ha sabido encauzar su energía hacia el fútbol. También resaltan que es combativo, potente, hábil para moverse en espacios minúsculos, y goleador.

Los entrenadores que le conocen desde hace más tiempo constatan que se maneja mejor en la banda izquierda, a pierna cambiada, que en la derecha, o que en la media punta. Añaden que puede jugar de nueve pero que sufre como media punta ya que, por ejemplo, es más perezoso que Isco para ayudar al medio campo en defensa. El ensimismamiento en funciones resolutivas es resabio de quien ha estado acostumbrado a ser la figura indiscutible en todos los equipos. Lo suyo es meter goles y para esto cuenta con un instrumento casi infalible: el interior de su pie derecho. “Siempre remata con el interior”, dice un responsable federativo, “jamás con el empeine”. Siempre con pausa e intención.

Jesé no es artista de un solo frente de expresión. Hace poco se juntó con su amigo Nuno y bajo el seudónimo de JR10 fundó Big Flow, un grupo de reggaeton. Aficionado al rap y al verso libre, grabó un disco. Destacan piezas como Baila Conmigo, de temática discotequera: “Ven conmigo mami/ te doy con lo que tú quieras...”.