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“Como español me duelen las críticas a Casillas”

Esteban Suárez, guardameta del Almería y jugador más veterano de la Liga a sus 38 años, elogia al capitán del Madrid antes de enfrentarse a los blancos en los Juegos del Mediterráneo

Diego Torres
Esteban, portero del Almería
Esteban, portero del AlmeríaDIARIO AS

Esteban Suárez tiene 38 años y se ríe cuando escucha que hay gente que quiere jubilar a Iker Casillas a los 32. “¡Son comentarios de bar!”, dice el portero del Almería. “Cuando un portero comete dos o tres errores, o no está jugando y pasa de los 30, es lo fácil. Yo después de los 35 llevo más de 100 partidos seguidos jugando entre Primera y Segunda. Eso quiere decir que el carné de identidad no tiene que ver con tu rendimiento. Hay quien dice que los porteros pierden cualidades a partir de los 30. Yo con el tiempo he sido capaz de esperar más. A veces no es el más rápido el que se impone sino el que sabe medir los tiempos. Es más decisivo no perder los nervios, no precipitarse, esperar ese medio segundo extra que te ayuda a ver mejor las cosas, un gesto, un balón… Cada uno tiene su teoría. Luis Aragonés decía: ‘¡Nadie tiene las llaves del fútbol!’. Y luego añadía: ‘¡Pero yo casi sí!’. Tenía razón”.

Esteban es el futbolista más veterano de la Liga. Desde su debut en Primera con el Oviedo en 1997 aprendió que todo está en la paciencia, que en el torbellino de un partido medio segundo es la separación entre la oscuridad y la claridad, entre decidir a ciegas o hacerlo con todos los elementos de juicio. Los goleadores hablan de hacer “la pausa en el área”. Esteban cree que el don primordial de un portero es saber esperar lo justo antes de actuar. Hoy, desde sus palos en el estadio de los Juegos del Mediterráneo, esperará a Cristiano, Benzema y Bale, tres de los atacantes más en forma del planeta.

Antes del partido, saludará a su colega, Iker Casillas, a quien observará con tristeza sentado en el banquillo visitante. “Lo veo atípico”, dice, “porque el Madrid lleva 12 años con un portero fijo. Extraña a todo el mundo. Me dolió que con su suplencia mucha gente se apuntara a criticarle y sacar temas extradeportivos contra él. A mí como español, que lo vi levantar dos Eurocopas y un Mundial… ¡Pues me dolió! Me veo reflejado en esa selección y me duele que a un futbolista que dio todo por España, y al que hace pocos meses jaleábamos como a un Dios, ahora aprovechemos para sacar a relucir pretendidos defectos. Yo creo mucho en las trayectorias y el compromiso de Casillas con el Madrid a nivel de títulos, partidos, y de identificación, es innegable. Te puede gustar más o menos como portero pero pitar a Casillas no es digno de un seguidor del Madrid”.

Esteban, portero del Almería
Esteban, portero del AlmeríaJesus Diges (EFE)

“Están los porteros buenos y los muy buenos, y después está Casillas”, prosigue Esteban. “Arconada pasó a la historia por el gol que le metió Platini por debajo de las manos. Zubizarreta será recordado por el gol que se mete ante Nigeria en propia meta. A Casillas no le recuerdo ningún error que le haya costado una final al Madrid o a la selección española. Por eso él lleva 20 años en el Madrid y otros no hemos podido”.

En la primavera de 2000 Esteban protagonizó el penalti más dramático de la última década en el fútbol español: el que salvó al Oviedo del descenso y mandó al Atlético a Segunda. Fue la última jugada del partido. Jimmy Floyd Hasselbaink, pichichi aquella temporada, se plantó en el punto de ejecución y Esteban llamó la atención del árbitro repetidas veces. “Me sacaron tarjeta amarilla”, recuerda el asturiano. “Era cara o cruz. Cuanto más se demora un lanzamiento la tensión va subiendo y en estos casos el portero tiene mucho que ganar y poco que perder, y el delantero al revés, según pasa el tiempo va pensando en lo mucho que tiene que perder. Intenté jugar esa baza. No me ponía en la línea, lo retrasaba, hablaba con el árbitro… Y si demoras 30 o 40 segundos un lanzamiento, son 30 o 40 segundos que el delantero piensa. Pensar en esos momentos es malo. Hice que Hasselbaink dudara. Quizás en un principio sabía dónde tirarlo y luego vaciló. Los porteros intentamos evitar dudar para que dude el delantero. Y ese día salió bien”.

“El músculo más importante de un futbolista es el cerebro”, cuenta el veterano

Frente a Cristiano, el meta dice que lo mejor es mantener la mente despejada, borrar los prejuicios y no imponerse protocolos de actuación. “Lo que tienes que intentar primero es que él tenga pocas opciones de acabar la jugada”, observa. “Luego, colocarte donde crees que puedes llegar a tapar más portería, adelantándote para cerrarle el ángulo de tiro pero sabiendo que no puedes adelantarte tanto porque te tira la vaselina. Yo ante estos rivales lo que intento es no darles importancia y actuar por mí mismo. Si el balón es gol, pues gran acierto de él. No tienes que obsesionarte con lo que han hecho los delanteros a los que te mides, ni pensar en lo que crees que van a hacer, sino esperar a ver por dónde van, esperar a que la hagan, a ver si tienes opciones de acertar. Porque si empiezas a darle vueltas a la cabeza es peor. Por ejemplo, si hay un penalti. Puedes decir: ‘Cristiano los tira mucho a la derecha, entonces yo me voy a tirar a la derecha…’. Y él puede pensar: ‘Este portero se tira mucho a la derecha, se lo voy a tirar a la izquierda’. Por ese camino entras en un juego, en una lucha contigo mismo, que a mí no me beneficiaría. A mí lo que me beneficia es actuar en cada momento con la mente despejada”.

“El músculo más importante de un futbolista es el cerebro”, prosigue el veterano. “Cuanto más frío seas más te podrás aislar de todo lo que rodea a este tipo de partidos, del campo lleno, de la exigencia. No hay que querer adivinar las cosas. Las cosas se van dando y según los momentos tienes que ir dando soluciones. Y que no te afecte ni una buena parada ni un gol en contra. Porque si tu cabeza se bloquea el cuerpo no va a rendir”.

Casillas pertenece a la misma escuela que su colega del Almería. Apenas estudia a los delanteros antes de enfrentarlos. “La parada que más se le recuerda a Casillas es la que le hizo a Robben en la final del Mundial”, dice Esteban. “Se tira para un lado y el balón va para el otro. Con la fortuna que le da en el pie. ¡Al final tomó la decisión de tirarse para un lado, el delantero tiró para el otro, lo engañó, pero Casillas estiró el pie y paró! Él tuvo la frialdad de decir: ‘Bueno, a pesar de que me he equivocado voy a sacar el pie por si acaso’. Ese ‘por si acaso’ le dio a España un Mundial”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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