Nadal, en el reino del descontrol

En Londres, un todo o nada. Por primera vez desde 2009, el nombre del tenista que ocupe el número uno del mundo a finales de temporada depende de lo que pase en la Copa de Maestros. Rafael Nadal, que debuta contra David Ferrer el martes (no antes de las 15.00, C+ y Tdp) y se juega el puesto contra Novak Djokovic, está ante una guerra en terreno enemigo. El español gana el 66% de sus encuentros en pista rápida bajo techo. El serbio, que suma 17 victorias y tres torneos seguidos desde que cedió en la final del Abierto de EEUU, el 74%. Es una cuestión de impulsos viscerales, de automatismos. Un asunto que tiene que ver con los hábitos de juego adquiridos desde niño.

“Nunca he sido un jugador fantástico en indoor, y, por ahora, en 2013, no me he adaptado muy bien”, explica en Londres Nadal, acompañado de un batido color rosa. “Solo unas pocas veces jugué a un gran nivel [solo suma un título en estas condiciones, el Masters 1000 de Madrid 2005] (…) Es la sensación de la pelota. Aquí uno consigue tener un poco menos de control, lo que premia el juego más agresivo. Yo este año he jugado muy agresivo, y que lo sea más es muy complicado. Yo juego con agresividad, pero con un poco de pausa y de control. Aquí es complicado encontrar ese control”, añade. “Esta superficie siempre ha sido un poco más complicada para mí. Hay que intentar jugar bien, con ilusión, con un poco de despreocupación”.

Djokovic tiene un doble problema: las probabilidades favorecen a Nadal y él está con Federer, Del Potro y  Gasquet en el grupo de la muerte

Sorprendentemente, Nadal protagoniza el pulso por el número uno. Él, que en enero penaba el séptimo mes de baja por una lesión y que no disputó el Abierto de Australia, puede acabar 2013 como el mejor. Sería la guinda para una temporada colosal, planteada como una transición hacia 2014 y luego convertida por los resultados en una de las mejores de la historia. El magnífico año de Nadal se revaloriza en función de Djokovic, un tenista maravilloso, dispuesto a luchar hasta el último segundo por el trono. Ahora mismo está en manos del español: si el mallorquín gana dos partidos en Londres, el número uno será suyo haga lo que haga Nole. “Siempre soñé con ser el número uno, sobre todo cuando era niño”, dijo el serbio en el O2 Arena, donde se presenta como el máximo favorito al título; “pero ganar grandes es más importante para mí que ese puesto”.

Así se presenta la batalla de Londres. Nadal, que solo ha disputado una vez la final (2010), arranca contra Ferrer, que le ganó el sábado en el Masters de Paris-Bercy. Ferrer arranca contra Nadal, casi sin tiempo para digerir la derrota en la final francesa y con apenas unos minutos de entrenamiento en la pista londinense. Djokovic, que fue quien ganó al alicantino en el último Masters 1000 de la temporada, lo mira todo convencido de que es su momento. Se juega en un territorio que le es favorable. Tiene, sin embargo, un doble problema: las probabilidades favorecen a Nadal y él está con Roger Federer, Juan Martín del Potro y Richard Gasquet en el grupo de la muerte.