Piti enciende la luz del Granada

El Granada tiene unos discretos delanteros que menguan sus posibilidades de éxito. No resulta extraño que sea el peor equipo de Primera en la faceta anotadora, con solo ocho goles conseguidos en 12 jornadas. Pero el Granada tiene a Piti, un excelente centrocampista con una zurda de oro. A sus 32 años ha alcanzado su mejor nivel. La temporada pasada anotó 18 goles en el Rayo. Una lesión al inicio de la presente ha supuesto que su participación en el equipo haya sido escasa. Apenas un cuarto de hora necesitó Piti para reivindicarse, al marcar un gol de falta en el último suspiro para conseguir una victoria que relaja la situación de Lucas Alcaraz y del Granada. Para el Levante, seco en ataque y que falló un penalti, supone un freno a su magnífico arranque de campeonato.

La iniciativa correspondió al equipo visitante, nada nuevo en el Ciutat de València. Resistir y golpear finalmente es el ejercicio que practica el Levante de manera pragmática, funcionarial, sin alardes, sin ningún tipo de reproche de la grada que sabe de antemano qué se va a encontrar como espectador. Intensidad es lo que demanda la afición y los jugadores granota se aplican a ello. Imposible regular esfuerzos teniendo a Caparrós a pie de campo, gesticulando compulsivamente, masticando con violencia un chicle con la habilidad de no desencajarse la mandíbula.

A partir de Iturra, puso el juego el Granada, ortodoxo en su proceder, con buen toque, lanzado en la punta por un activo Buonanotte. Y el Levante tranquilo, como siempre. Y llegó su primera gran oportunidad por un penalti que saco de la nada El Zhar. El franco-marroquí se adentró en el área del Granada con un caño a Iturra que se abrió de piernas y tocó ligeramente al atacante y el árbitro interpretó penalti. El mismo El Zhar erró el lanzamiento parado por Roberto que irregularmente se adelantó un metro del marco y ganó terreno al lanzador. Y como en tantos partidos precedentes, apareció Keylor Navas para rechazar un par de disparos lejanos del Granada. Se equilibró el encuentro tras media hora de cortesía local. Los ataques del Granada resultaban menos frecuentes.

En el descanso se fueron las luces en el Ciutat de València, que retrasaron el inicio del segundo acto un cuarto de hora. Reiniciado ya el encuentro, el Levante se hizo notar en el área de Roberto, que volvió a justificar el sueldo en dos intervenciones ante Baba y El Zhar. Para entonces el Levante había dejado de lado su actitud pasiva y, con cierto remilgo, se fue a por la victoria. Todo ello sin descuidarse en defensa, manteniendo el orden que le caracteriza, atento siempre al despliegue del Granada, impecable hasta llegar al área. Y cuando todos pensaban en el empate, llegó Piti y su zurda maravillosa para alcanzar una victoria necesaria y trabajada.