La ‘desnavarrización’ de Osasuna
En Málaga, los ‘rojillos’ jugaron sin un solo jugador autóctono por primera vez en 50 años "Somos una presa fácil", alega el club
Osasuna afronta el dilema de conjugar la supervivencia con la identidad. Un binomio en el que peligra el sello propio de apostar por los jugadores de casa a los que tantas veces ha recurrido para salir adelante. Durante el último partido de Liga ante el Málaga, el conjunto navarro desfiló en La Rosaleda con un once en el que no figuraba un solo futbolista autóctono. Un hecho que no se producía desde el 31 de marzo de 1963, cuando el equipo cayó ante el Betis con solo dos jugadores oriundos. Aquel Osasuna descendió de categoría.
Ahora mismo no hay jugadores en el filial que tengan el nivel de Primera" Patxi Puñal
“El fútbol ha evolucionado y la dichosa globalización nos ha hecho daño”, explica Enrique Martín Monreal, que lleva media vida en el club y ahora es el responsable de su cantera. “El sentimentalismo que había antes se ha ido diluyendo. Tanto en la vida como en el juego se ha perdido el romanticismo”, añade. “Es algo puntual”, explica el técnico, Javi Gracia; “el problema no es de ahora. Nosotros debemos sacar rendimiento a una plantilla que es la que es. Trabajamos la base y ojalá jugáramos con 11 navarros, pero no debemos desmerecer a los de fuera. Luchan con la misma honestidad que si fueran de aquí”.
La puesta en escena frente al Málaga descubre un escenario preocupante que ya había tenido reflejo dos semanas atrás, frente al Atlético. En el Calderón, aunque no fue de inicio, el conjunto rojillo llegó a encontrase sobre el césped sin un solo jugador local. Una situación que responde a los códigos modernos del fútbol, a la indefensión económica de la institución para retener a sus talentos y a la tibieza a la hora de gestionar su semillero. Esta campaña, los gestores han fijado la inversión en el fútbol base en 1,7 millones, casi un millón menos que el año pasado. “La fuerza del vestuario se hace con gente de la tierra. Si no, lo pasaremos mal”, advierte el excapitán César Cruchaga. “Esto va por remesas”, justifica Martín, que en 1997 evitó la caída del equipo a Segunda B echando mano de un puñado de futbolistas de Tajonar. “Qué más quisiéramos nosotros que sacar todos los años gente como Azpilicueta, Monreal, Raúl García o Javi Martínez, pero no es posible. En mis tiempos, de 16 citados en la convocatoria, 14 o 15 éramos navarros. Existía el derecho de retención y no había la migración futbolística de hoy”, concluye.
Muy lejos queda la bonanza de la temporada 2006/2007, con Cuco Ziganda en la caseta. Aquel curso hubo hasta 13 navarros en la plantilla y Osasuna alcanzó las semifinales de la UEFA. Después, la regresión en la nómina de locales, la desnavarrización, ha sido una constante. De los 25 miembros de la plantilla de Osasuna, siete son navarros, pero en la mayoría de los casos su trascendencia es liviana. Solo Patxi Puñal, de 38 años, es habitual en las alineaciones. Desde hace años, en Tajonar cuesta producir jugadores de primer nivel y la secretaría técnica se ha decantado por los foráneos.
Debemos vender, no nos queda otra. Necesitamos el dinero para subsistir. Somos presa fácil" Enrique Martín Monreal
En el filial, Osasuna Promesas, solo 12 de los 24 chicos son navarros, si bien es cierto que algunos jugadores —los hay de Bolivia y Colombia, de Girona y Torrelavega— llegaron a Pamplona muy jóvenes. Hace dos años, el Promesas disputó más de un partido sin un solo miembro de la casa. “Ahora le hemos dado la vuelta al calcetín: el 90% de los jugadores de las categorías inferiores son de aquí y solo traeremos gente de provincias limítrofes”, esgrime Martín, que apunta al expolio y la desprotección financiera para argumentar la política del club. “Debemos vender, no nos queda otra. Necesitamos el dinero para subsistir. Somos presa fácil. Los equipos les proponen a nuestros chicos, desde muy jóvenes, condiciones a las que no podemos llegar. El Barça, por ejemplo, nos acaba de fichar un alevín”, señala.
También el Athletic o la Real Sociedad han mermado las posibilidades de la cantera navarra firmando convenios con algunos de los clubes más productivos. Los donostiarras cuentan con cuatro equipos y los rojiblancos han lanzado sus redes sobre otros cuatro. Entre ellos, el Txantrea, un equipo en el que se formaron futbolistas que ahora relucen en San Mamés como San José o Muniain. “A todos nos gustaría que hubiese más gente de aquí. Significaría que la plantilla es más barata y la afición se identificaría mucho más con el equipo”, explica Patxi Puñal, capitán y símbolo actual de la entidad, con casi 500 partidos de rojo. “Si no están es porque no los hay. Ahora mismo no hay jugadores en el filial que tengan el nivel de Primera”, conviene.
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