Otra prueba de madurez

No se les va de la cabeza a Diego Pablo Simeone y a su cuerpo técnico que al equipo le falta experiencia en la Liga de Campeones. Que al plantel le faltan horas de vuelo en la competición y que ante cualquier rival puede aparecer esa falta de tablas. Esta noche el Atlético se mide al Oporto en el coqueto estadio Do Dragao, un escenario donde el anfitrión tiene grabadas las muescas de su palmarés en el banquillo y donde la hinchada ruge y se lo hace sentir al contrario. Los rostros de Artur Jorge y José Mourinho, los técnicos que le dieron las dos Copas de Europa que guarda en sus vitrinas, y los de Tomislav Ivic y Víctor Fernández, con los que conquistó sendas Copas Intercontinentales, están impresos en la parte de atrás del banco.

Es el Oporto uno de esos rivales que acumula más batallas en la Champions que el Atlético. Siempre ha sido un club incómodo, peleón y con orgullo. Toda una prueba de madurez competitiva. “Nos vamos a enfrentar a un gran equipo que cuando juega en casa se hace muy fuerte. Juegan todos los años Champions y están acostumbrados”. Simeone piensa que para un equipo plagado de novatos en esta competición es complicado desenvolverse sin que esto le pase factura.

Otra prueba de madurez

Bajo la fina lluvia, Simeone quiso comprobar de primera mano el estado de sus futbolistas ante las dudas que dicen asaltarle en el centro del campo. Se metió en uno de los rondos y lo agitó. Sin Mario Suárez, que se quedó en Madrid aún convaleciente de la rodilla derecha, el técnico medita si continuar con Tiago como pareja de Gabi. Las prestaciones del portugués en el derbi fueron sobresalientes y es uno de sus jugadores con más experiencia en la competición, pero se duda de si su físico será capaz de aguantar dos partidos seguidos tan exigentes. Ahí es donde entran Guillavogui, e incluso del Cebolla Rodríguez, que vuelve a Oporto, si decide que sea Koke la pareja de Gabi. Tampoco puede contar Simeone con Diego Costa, que cumple su último partido de sanción. Raúl García apunta a jugar por detrás de Villa. Sobre El Guaje reflexionó Simeone cuando le preguntaron cómo estaba viendo su adaptación y qué puede aportar en este tipo de citas: “Es un jugador con jerarquía, el que más acostumbrado está a este tipo de partidos y el que ha ganado más títulos importantes. Eso lo pone en lugar determinante dentro del equipo y del juego. Lo que más me sorprende de él es el esfuerzo que pone de cara a lo que necesita el equipo. Los goles le llegarán”.

Otra prueba de madurez

Necesita Simeone al mejor Villa ante un equipo entrenado por Paulo Fonseca, la última revelación de los banquillos portugueses tras su exitoso paso por el Paços Ferreira, un club acostumbrado a pelear por no descender y al que logró meter en la fase previa de la Liga de Campeones con un juego atrevido y el 4-3-3 como dibujo. Fonseca definió al Atlético como “un equipo italiano que juega en España”, a lo que Simeone le respondió: “Nosotros jugamos para ganar sin ninguna identidad de un país”.