Pequeña dolencia y muchas dudas

El entrenador del Barcelona, el Tata Martino, citó ayer a los 19 jugadores del primer equipo de los que dispone y sumó a la lista de los hombres que viajan a Glasgow para enfrentarse al Celtic a dos defensas del filial: Sergi Gómez y Patric. Tal y como estaba previsto, se queda en casa el capitán Puyol y, tal y como diagnosticó el doctor Pruna la tarde del sábado en Almería con la boca pequeña, tampoco estará Messi. Al argentino se le practicaron ayer “pruebas médicas” sin especificar en el parte médico —fue una ecografía— que desvelaron “una pequeña lesión fibral en el bíceps femoral de la pierna derecha”. No detalló más el club, que tampoco atinó a concretar un periodo de baja exacto: Leo estará “alejado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas”. O sea, que a La Pulga no se la espera hasta la semana del clásico contra el Madrid. No estará ante el Celtic, el Valladolid y tampoco le espera para medirse a Osasuna.

Le lesión de Leo pilló por sorpresa en la ciudad deportiva del Barcelona, donde se daba por hecho que las cosas con el argentino se estaban haciendo de fábula. Lo mismo pensaban el año pasado y cuando le necesitaron, no estuvo en condiciones. Hay quien sostiene que la cuestión señala al diseño del trabajo y al exceso de cuidado con el que se le trata. Dicen que Leo es el primero en asomar si hay balón, pero que se entrena a la carta que le dictan los fisios, y que aceptan los médicos, por encima del criterio de los preparadores físicos, más allá de que su predisposición a trabajar nadie dude. “No es Ronaldinho”, se avisa por si hay dudas. “Llegó con menos peso y menos grasa que nunca”, aseguran al respecto.

El argentino se entrena a la carta que le dictan los fisios, lo que aceptan los médicos

Pero resulta que por más mimo y descanso que le ha dado el técnico, que ha mirado con lupa los minutos jugados por Messi desde que comenzó la Liga —en los últimos diez partidos, se ha retirado al vestuario antes de hora en cinco— Leo ha destrozado las teorías de los médicos y, en especial, de su preparador físico de confianza, Juanjo Brau.

En el club se plantean si ha tenido mayor incidencia la peculiar pretemporada del delantero —“descansó poco en verano” dicen— o los planes posteriores dictados por los servicios médicos y su fisioterapeuta de confianza. El caso es que se lesionó en 10 de agosto en Malasia y el 21 del mismo mes se retiró en el descanso de la ida de la Supercopa en el Manzanares. En Almería se rompió otra vez. El Barça busca razones y no es fácil dar con ellas.

“No trabaja como lo hacía”, dan por hecho las mismas del vestuario que aseguran que no ha variado su alimentación y su vida sigue igual de ordenada, o más, que hace dos años cuando lo jugaba todo. Mientras alguno señala “al futbol”, sin más, otros avisan de que no asoma por el gimnasio como acostumbraba y que se le seleccionan demasiado los minutos de trabajo. Messi genera más preguntas, dudas y preocupación que respuestas para su desgracia, la del Barça y la de Martino. Y también para la de Argentina: en las oficinas del Camp Nou dan por seguro que no será citado por Sabella y se quedara a cuidarse en Barcelona las próximas semanas.