Un novato alivia a Djukic
En su segundo partido en Primera, Fede, un joven argentino ascendido por el técnico, reactiva al Valencia ante un tierno Sevilla
Ni siquiera era titular en el filial del Valencia cuando Djukic lo rescató porque tenía otra referencia sobre él: había sido compañero de un hijo suyo en el Torre Levante. Lo conocía bien. Y Fede Cartabia, el joven argentino de 21 años, le correspondió anoche salvándole el pellejo. Era su segundo partido en Primera, pero jugó con el desparpajo de los veteranos. Sus zigzagueos desesperaron a un Sevilla demasiado tierno. “Ha nacido para ser futbolista. Se ve en cada cosa que hace con el balón”, lo describió Djukic. Se vio anoche en Mestalla. Respiró Djukic, abrazado antes del encuentro a su colega Emery: el sufrimiento y la soledad de los entrenadores en momentos de máxima dificultad, como anoche, cuando el serbio salvó el punto de partido y traspasó toda la angustia al de Hondarribia.
Frente a los nervios bloqueados por la presión de las expectativas defraudadas, nada mejor que la impertinencia de la juventud, la inconsciencia de Fede. El interior argentino juega como lo haría en cualquier potrero con sus amigos, si bien llegó a Valencia a los 12 años, y se pateó distintos equipos, uno de ellos, el Torre Levante, donde coincidió con el descendiente de Djukic.
VALENCIA, 3; SEVILLA, 1
Valencia: Alves; João Pereira, Ricardo Costa (Víctor Ruiz, m. 57), Mathieu, Guardado; Javi Fuego, Ever Banega; Fede, Jonas (Canales, m. 77), Pabón (Bernat, m. 70); y Postiga. No utilizados: Guaita, Feghouli, Parejo y Míchel.
Sevilla: Beto; Coke, Cala, F. Navarro, Alberto Moreno; Jairo, M'Bia (Bacca, m. 75), Rakitic, Vitolo (Rabello, m. 70); Marin y Gameiro (Cristóforo, m. 67). No utilizados: Varas, Figueiras, Iborra, Trochowski.
Goles: 1-0. M. 31. Jonas, a pase de Fede. 1-1. M. 51. Gameiro. 2-1. M. 73. Jonas, con la izquierda desde fuera del área. 3-1. M. 81. Víctor Ruiz.
Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Jonas, Cala, Banega.
Unos 25.000 espectadores en Mestalla.
De esa coincidencia, en parte, esta apuesta, la más atrevida de Djukic en su breve etapa en Mestalla. Fede le da frescura al conjunto de Djukic, cambio de ritmo, y, sobre todo, la sensación de que siempre va a pasar algo. Arrancando desde el extremo derecho, a pie cambiado, el zurdo Fede mantuvo un duelo victorioso con Alberto Moreno. Pero no se limitó a eso, sino que se cambió de banda y participó en el tanto de Jonas. Primero en el salto en el que se lesionó M'Bia; y mientras el mediocentro camerunés se quejaba en el césped, Banega creyó que, dada la necesidad acuciante, no era cuestión de desaprovechar un ataque con ventaja. Y lanzó a Fede, cuyo pase raso al centro lo remató con el interior y de primeras Jonas a gol. Pabón, desde el extremo izquierdo, y Fede, desde el derecho, trazaron diagonales amenazantes para una defensa tan de circunstancias como la de Emery, un despropósito.
El Sevilla había pagado la otra cara de la juventud: la precipitación. Los eléctricos desmarques de Jairo (sobre todo uno a un gran pase de Vitolo) los dilapidó el propio extremo cántabro cada vez que se quedaba solo ante Alves. Eligió mal el cómo y el cuándo enviar el pase. El Sevilla es un equipo imberbe, como Jairo, y le está costando encauzar la energía y el fútbol de sus jugadores.
El Sevilla reaccionó con rabia tras el descanso. Trazó el camino Rakitic con un pase delicioso y acabó por marcar tras un córner Gameiro, inédito en el primer tiempo, al empalar con la zurda una prolongación de cabeza de M'Bia.
Mestalla alentó a su equipo pese al empate. Y Fede dibujó una vaselina repelida por la manopla de Beto. El Sevilla contaba ahora con la ventaja de atacar los miedos de un rival amenazado por la debacle. Pero no lo hizo. Emery lo afeitó al retirar a Gameiro por el mediocentro Cristóforo, dejando a Marko Marin como única referencia.
Fundido Pabón, como siempre en las segundas partes, al Valencia le quedaba el desborde de Fede. Y la insistencia de João Pereira, el lateral derecho portugués al entregar el balón a Jonas. El brasileño se sacó un latigazo raso con la izquierda desde unos 25 metros que se alejó progresivamente de la estirada de Beto. Bacca era la bala en la cartuchera de Emery, aunque ya era demasiado tarde para el Sevilla.
La naturalidad de Fede supuso el mejor antídoto contra la incertidumbre del último cuarto. Una nueva internada suya acabó con un disparo de Canales desviado por Beto. De ese córner, pasado al segundo palo, llegó la sentencia: el cabezazo combado de Víctor Ruiz, atravesando en paralelo toda la línea de gol. El central zurdo, que acaba entrado por el lesionado Ricardo Costa, había sido recibido con murmullos de desaprobación. Respondió con entereza para cerra el encuentro. “Así sí, así sí”, gritó la grada. “Será un punto de inflexión”, auguró Jonas. Solo si actúa Fede (anoche y en el estreno frente al Málaga) sonríe Djukic.
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