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Ricky y Rudy fabrican una paliza tortuosa

España no brilla ni enchufa a Marc Gasol pero apabulla a la República Checa (60-39) con una defensa de récord

Robert Álvarez
Celje (Eslovenia) -
Rudy machaca el aro checo
Rudy machaca el aro checoARMANDO BABANI (EFE)

La picardía y el desparpajo de Ricky Rubio y la agresividad de Rudy Fernández desencallaron el farragoso partido que libró España contra la República Checa. Más que el rival, se le atragantaron el juego y las sensaciones al equipo español, dominador de principio a fin pero falto de fluidez ofensiva. Venció y respiró hondo tras desembarazarse de un compromiso que había hecho más exigente su derrota del jueves ante Eslovenia. La paliza, por 21 puntos, se sustentó en una defensa de récord que dejó a los checos en 39, la anotación más baja en un Eurobasket desde un URSS-Hungría en 1961 (93-31). Los checos solo anotaron 14 puntos en la segunda parte y dos en el último cuarto.

Rudy Fernández empezó embalado en un inicio prometedor que no tuvo continuidad. Ricky Rubio manejó con soltura y le dio muchos quebraderos de cabeza a Satoransky, el base checo que juega en el Cajasol, que se cargó muy pronto faltas. El equipo español recuperó la velocidad y el desparpajo, pero su bonanza fue efímera.

España, 60 - R. Checa, 39

España: Ricky (10), Calderón (3), Rudy (14), Claver (6), y Marc Gasol (2) -equipo inicial-; Aguilar (-), Sergio Rodríguez (5), Xavi Rey (4), Sergio Llull (8), San Emeterio (4), Gabriel (2) y Mumbrú (2).

República Checa: Pumprla (7), Hruban (2), Satoransky (5), Houska (3) y Vesely (7) -equipo inicial-, Barton (5), Jelinek, Benda (6), Balvin, Welsch (4), Kudlacek y Svrdlik.

Parciales: 18-7; 15-18; 14-12 y 13-2.

Árbitros: Borys Ryzhyk (Ucrania), Fernando Rocha (Portugal) y Aleksandar Milojevic (Macedonia). Sin eliminados.

Tercera jornada del grupo C de la primera fase del Europeo 2013 disputado en el Arena Celje de esta localidad eslovena ante 3.150 espectadores.

La táctica de entrada fue clarísima: balón que caía en manos españolas, balón que cruzaba la cancha de punta a punta para la bandeja de alguno de los velocistas, léase palomeros, que fulminaron la defensa checa. La dinámica del juego sonrió al equipo de Orenga. Y el marcador se abrió hasta los 12 puntos de renta para España (18-6).

Los checos cambiaron de piezas y de discurso. Mejoraron su transición defensiva para evitar las contras. Los ataques españoles se espesaron. Las circulaciones de balón no desembocaban en buenas posiciones de tiro. Marc Gasol apenas recibió en el interior de la zona, apenas tiró cuatro veces en todo el partido y concluyó con dos puntos. La defensa checa cerró con candado bajo su aro. Claver, Aguilar y Mumbrú maniobraron más por fuera que por dentro. Y los tiradores españoles apenas acertaron en un partido de porcentajes muy bajos.

Los checos, sin alardes y a pesar de la escasa aportación de su mejor hombre, Vesely, cambiaron el signo del juego. El ala-pívot de los Washington Wizards, pívot en su selección, fue perfectamente neutralizado por Marc Gasol. Pero España, sin los puntos de Marc y Calderón y con un ataque posicional infructuoso, se encasquilló. Jelinek, exalero del Joventut, falló un mate que hubiera igualado el partido a 20. Orenga torció el gesto en el banquillo, llamó al orden a sus jugadores y rebuscó en su planilla.

Los porcentajes de acierto en el tiro prosiguieron bajo mínimos. España se hizo fuerte en defensa, especialmente en la primera línea, lo que propició varios robos de balón y canastas fáciles. Un par de triples de Llull y dos robos de balón concluidos por Ricky y Rudy abrieron de nuevo la brecha (42-30). Orenga trató de activar a Marc Gasol. Al equipo, falto de sincronización y fluidez, le costó muchísimo encontrar a su referente y perdió varios balones en el intento. Los checos volvieron a acercarse (42-37), pero su ataque fue penoso. Con unos porcentajes paupérrimos, del 26% en tiros de dos y del 18% en los triples, ya no volvieron a tener la menor posibilidad de luchar por el triunfo. España alcanzó una diferencia tremenda, de 21 puntos, pero en un partido tan malo que queda retratado por los escasísimos 60 puntos con los que concluyó.

“El partido ha sido trabado, pero hemos sido listos. Su defensa era muy difícil de atacar. Hemos buscado balones interiores, pero ellos se cerraban muy bien. Nuestro objetivo es jugar con solidez y crecer para llegar a la siguiente ronda con mejores sensaciones”, deslizó Orenga. El cuarto compromiso de la selección será este domingo (14.30, Cuatro) ante Polonia, el equipo de Gortat, Lampe y Kelati.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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