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La dura reconversión del Málaga

Schuster lidera la transición de un equipo que ha bajado su presupuesto en más de la mitad y forja un nuevo proyecto huérfano de estrellas y sembrado de juventud

Rafael Pineda
Schuster, en un entrenamiento del Málaga. A la izquierda, el defensa panameño Chen. A la derecha, el delantero camerunés Fabrice.
Schuster, en un entrenamiento del Málaga. A la izquierda, el defensa panameño Chen. A la derecha, el delantero camerunés Fabrice.JORGE ZAPATA (EFE)

En realidad, la transición hacia este nuevo Málaga se gestó en el mes de febrero y tuvo su confirmación en junio, cuando el Tribunal Arbitral Deportivo (TAS) ratificó la sanción dictada por la UEFA de un año sin jugar en Europa que pesaba sobre el club andaluz. El 2 de febrero, Vicente Casado, director general de la entidad, anunciaba un tiempo novedoso justo cuando el gran Málaga de Manuel Pellegrini se disponía a afrontar los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Oporto. “Con lo que el club ingresa no se puede mantener esta plantilla”, afirmó, abriendo la puerta a la monumental reconversión dictada por los propietarios del club.

El Málaga de Pellegrini estuvo a punto de meterse en semifinales de la Liga de Campeones y acabó la Liga en un buen sexto puesto. Pero desde esa mañana de febrero supo Pellegrini que el fastuoso proyecto del jeque Al-Thani, después de varios meses de zozobra por los impagos, había reemplazado la ilusión de hacer algo grande por emprender un camino mucho más humilde, donde no tenían cabida ni él ni los grandes jugadores que llegaron entre 2010 y 2012. Fue acabar la temporada y comenzar el desfile: Joaquín se marchó al Fiorentina; Isco, al Madrid; Iturra, al Granada; Demichelis, al Atlético de Madrid; Saviola, al Olympiacos; Toulalan, al Mónaco; y Baptista, al Cruzeiro. Se han ingresado alrededor de 37 millones por las ventas y solo se han gastado 3,5 millones en fichajes. El resto, para pagar deudas. Pellegrini, el técnico idolatrado por la afición, hace soñar al Manchester City. Llegó Bernd Schuster, que firmó por cinco años y que tiene una ficha anual apenas superior al medio millón de euros. Es la nueva era del Málaga, forjada por la austeridad, donde el presupuesto ha pasado de los 100 millones de la temporada 2011-2012 (cuarto clasificado y enorme inversión en fichajes) a los 40 proyectados para la actual.

El club ha ingresado 37 millones por las ventas y ha invertido 3,5 en fichajes

De la plantilla que rozó la gloria en Europa, el club apenas ha podido retener a Caballero, Gámez, Weligton (destacada baja ante el Barcelona por una lesión en el hombro), Eliseu, Camacho, Duda, Sergio Sánchez, Portillo y Santa Cruz. El Málaga ha puesto en manos de Schuster un grupo joven, con sueldos asumibles a la nueva realidad y en donde se espera que la labor del entrenador provoque un crecimiento competitivo del grupo. A Schuster no le asusta el reto. Sin hablar de objetivos, no renuncia a nada.

El nuevo modelo se define, especialmente, en la política de fichajes. Gente como Flavio Ferreira, joven central portugués de buena proyección que llega del Académica de Coimbra y baja ante el Barça por lesión; como Anderson, una promesa costamarfileña de 21 años, centrocampista que aúna potencia y técnica; o como Chen, otro central de 19 años, panameño y avalado por Dely Valdés, ex del primer equipo y una figura del fútbol de Panamá. Junto a estas promesas han llegado también jugadores más veteranos, como el argentino Angeleri (de Estudiantes) o el centrocampista Tissone (Mallorca). La guinda a los refuerzos es el delantero internacional polaco Pawlowski, que debe formar en ataque junto a Santa Cruz.

“He calculado cero puntos en los tres primeros partidos”, dice el técnico

En el estreno liguero ante el Valencia, Schuster empleó un once inicial donde Caballero, Gámez, Antunes, Morales, Duda y Santa Cruz representaron al viejo Málaga. Pero la mano del entrenador comienza a notarse. El Málaga jugó con orden y supo mantener la posesión de balón. Virtudes a las que se añadió el buen hacer de dos canteranos, Darder y Olinga. El primero es un futbolista de 19 años procedente de la cantera del Espanyol que impresionó a Schuster por su desparpajo y sentido táctico.

Consumada la derrota en Mestalla, Schuster envió un mensaje al entorno. “No me preocupa haber perdido porque tenía calculado cero puntos de nueve en los tres primeros partidos de Liga”. Tras jugar en Mestalla, el Málaga recibe al Barcelona y visita el campo del Sevilla. En el club han entendido que el mensaje del entrenador pretende relajar la presión que se cierne sobre unos jugadores que afrontan un duro calendario en el inicio liguero. De puertas adentro, nadie duda de que la ambición del técnico y su grupo es la de obtener cuanto antes una victoria, aunque sea ante el Barcelona. “Hemos fichado a jugadores muy jóvenes y con hambre, pero hay que madurar y necesitan paciencia”, entiende un entrenador al que los gestores del club andaluz le hablaron muy claro cuando lo ficharon. Iba a comandar un Málaga mucho más barato, pero ilusionante.

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