Principio y fin en Múnich

El Barcelona jugó el amistoso probablemente más triste de su historia, fin y principio entre lo que queda de la era Vilanova y lo que se viene, el Tata Martino, que llega el jueves a Barcelona y será presentado el viernes. Fue en Múnich, contra el Bayern de Guardiola, y perdió por 2-0. Y fue raro, porque resultó el primer encuentro del de Santpedor contra el Barça en sus 42 años de vida. La ausencia de Tito rebajó el morbo y llenó de dolor el partido desde el minuto cero. “La relación con Tito me pertenece a mí, a Tito, a su familia y a la de Tito, solo a nosotros”, defendió Guardiola. La tarde nunca debió ser lo que acabó siendo, desangelada e intrascendente, pero al final, a la Audi Cup le faltó Vilanova y fútbol, y le sobró mal cuerpo.

Mandó Pep en alemán y el Bayern jugó más parecido al Barça que el propio Barça. Así de raro. Messi, más líder que nunca en un equipo demasiado herido y tierno como para exigirle mucho, lideró en el estreno de la nueva camiseta suplente, la de la senyera, pero ni por esas cuajó el equipo. Preguntado Guardiola en relación a esa camiseta, indicó: “Es una camiseta muy maja. Da gusto verla. ¿Independencia? Es la voluntad de un pueblo, solo pedimos expresar democráticamente lo que un pueblo quiere sobre su futuro”.

Tan rara fue la noche que Lahm, que jugó de volante, marcó el primer gol de cabeza, llegando al primer palo. Casi al final Mandzukic, por bajo, cerró el encuentro. “Ha sido un buen partido, los dos hemos intentado tener el balón. Con el Barça, es difícil, pero en momentos lo hemos conseguido. Estoy satisfecho”, cerró Guardiola, a las puertas de la Supercopa, el sábado contra el Dortmund. El Barcelona, que se hospedó en Múnich en el mismo hotel donde vive Guardiola, se traslada el jueves a Oslo, donde el viernes se enfrenta al Valerenga.