De mínimas y récords

A menos de un mes de los Mundiales de Moscú, la gran cita atlética del año, los corredores  terrenales, los que luchan por competir lo mejor posible, entre ellos la gran mayoría de los españoles, se dividen en dos grupos fundamentales: los que tienen la marca requerida y buscan en cada entrenamiento, en cada mitin, afinar su puesta a punto y los que aún la persiguen  desesperadamente, que enfrentan cada competición en un mar de nervios. Miembros de cada uno de estos grupos se dieron ayer cita en la reunión de Madrid y en una tarde calurosa la mayoría volvieron a casa sin cumplir sus objetivos.

En el primer grupo, el de los privilegiados, estaba el mejor ochocentista nacional del momento, el sevillano Kevin López. Con la mínima mundialista ya en el bolsillo, el subcampeón europeo bajo techo se propuso rebajar el récord de España en la recoleta pista de Moratalaz, una plusmarca (1m 43,74s) que él mismo logró el año pasado poco antes de los decepcionantes Juegos de Londres, donde no consiguió meterse en la final. Para ello contó con una aplicada liebre y con algunos compañeros de viaje a la altura. Como su socio de entrenamientos (y tantas competiciones) Luis Alberto Marco, o Arturo Casado, tomándose un respiro del 1.500m, o el estadounidense Brandon Johnson. Fue este quien se llevó la victoria con el mejor crono de su vida (1m 43,81s).

López llegó tercero y, aunque no consiguió su objetivo, cruzó la meta tras 1m 44,77s, lo que supone la mejor marca española del año y una buena noticia sobre su evolución este verano. Tampoco logró su récord el velocista Ángel David Rodríguez, que también es de los afortunados, y que, tras una pisada extraña al final, de esas que hacen pensar en un tirón o algo aún más grave, logró también el mejor tiempo de un español en 2013 (10,15s).

En el segundo grupo, el de los atletas que se comen las uñas y las noches pensando si lograrán llegar a Moscú, estaban ayer Natalia Rodríguez y, en menor medida, Isabel Macías (es la única española con mínima B para el 1.500m por lo que si ninguna otra logra la A estará en los Mundiales). El número que las acosa desde hace meses son esos 4m 05,50s que ambas saben que llevan en las piernas, pero que esta temporada no les acaba de salir.

La liebre también hizo su trabajo, aunque un tanto frenético porque tomó tanta ventaja que perdió sentido. En el grupo perseguidor se metieron las dos españolas, Rodríguez, recuperada de la lesión que marcó su invierno y de rubio platino esta vez, algo adelantada. El esfuerzo de ambas fue en vano. Ganó la americana Anderson, muy lejos de Moscú (4m 08,57s). La catalana solo pudo ser tercera (4m 11,14s). La aragonesa se quedó aún más atrás (4m 11,46s).