“Nuestro poderío es el equipo”
Las jugadoras españolas subrayan la dimensión de una gesta que refrenda el relevo entre las capitanas y las jóvenes “A veces los cuentos de hadas se hacen realidad”
Las emociones se desbordaron cuando sonó la bocina final. Las jugadoras españolas se fundieron en mil y un abrazos, lloraron de alegría, agradecieron a los entusiastas seguidores, muchos de ellos familiares, que les apoyaron desde la grada del pabellón Pubeco Pévèle de Orchies, la ciudad del norte de Francia donde España, 20 años después del primer hito en Perugia, se proclamó por segunda vez campeona de Europa. Fue un triunfo colosal, en la cancha de la selección que partía como favorita, la subcampeona olímpica. “¿Qué más se puede pedir?”, se preguntaba exultante Amaya Valdemoro, que no paró de recibir mensajes de felicitación en su Twitter, muchos de ellos jugando con su apellido: ValdemORO.
Con carácter y humildad seremos capaces de mantener el listón” Alba Torrens
“A veces los cuentos de hadas se hacen realidad. Los sueños se pueden cumplir”, sentenció la capitana. A sus 36 años, pone el punto final a una carrera internacional plagada de éxitos, con más partidos que nadie: 258. Y junto a ella, su amiga y compañera de fatigas, la base Elisa Aguilar. Tienen la misma edad. Ambas se despiden de la selección. Por eso Amaya recogió la Copa junto a Elisa. “Ha tenido un detallazo. He tenido la suerte de retirarme junto a la más grande”, le agradeció Elisa, que atendió la llamada telefónica de EL PAÍS mientras el autobús trasladaba la expedición desde el pabellón al hotel. Acababa de dar su último “discurso”: “Nos vamos, pero seguimos a vuestro lado para apoyaros en todo lo que necesitéis. No dudéis en llamarnos para los que sea menos para pedirnos dinero. Gracias a todas por esta despedida”, remató en la arenga a sus compañeras, que abrió un paréntesis en los cánticos. “El relevo está garantizado. Esta generación de jóvenes está tocada por una varita mágica y saben ganar oros desde las categorías inferiores. Tenemos mimbres, son gente muy sana y comprometida con la selección. Sabíamos que era muy complicado, en casa de Francia, ante un equipazo. Pero hemos ido creciendo a lo largo del campeonato. Jugando así es muy complicado ganarnos”. También en eso coincidió Amaya: “Esto es histórico, pero viene una generación que nos va a dar muchas alegrías. En la Federación se está haciendo un trabajo extraordinario que se ve reflejado durante todo el verano con las medallas que están consiguiendo las diferentes selecciones. Llevo toda la vida jugando con la selección, he crecido y me hecho mejor jugadora. Mi club es la selección”, sentenció la jugadora madrileña.
La base catalana Silvia Domínguez completa una temporada de ensueño puesto que también fue campeona de Europa con su club, el Ekaterimburgo, ruso. “Este equipo es muy grande”, afirmó en referencia a la selección. “Hemos demostrado que podemos alcanzar todo lo que nos proponemos. Hemos puesto al baloncesto femenino en lo más alto posible y más alto de lo que esperábamos al principio. Nuestro poderío ha sido el equipo”.
“Hemos hecho un grandísimo campeonato. Hemos jugado muy bien al baloncesto y hemos defendido más y mejor que nadie”, añadió Alba Torrens, incluida en el quinteto ideal del torneo. “Francia había salido siempre muy fuerte en todos los partidos. En la final las hemos contrarrestado saliendo nosotras más fuertes todavía. Ha sido un campeonato muy especial por las despedidas de Amaya y Elisa. Se merecían un final así. Nos dejan el listón muy alto pero trabajando con carácter y humildad como lo venimos haciendo seremos capaces de estar a la altura”.
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