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DESDE MI SILLÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una cascada de improvisaciones

Este Tour en realidad comienza en Niza: el martes, con la disputa de la contrarreloj por equipos. Lo que hay que hacer hasta entonces es salvar el cuello

Una de las caídas en la primera etapa
Una de las caídas en la primera etapaJOEL SAGET - POOL (EFE)

Si a alguien gustaba la excursión insular a Córcega del Tour de Francia 2013, era, como no, a los organizadores. A los equipos y corredores, tradicionalistas y clásicos en esto -aunque la motivación llegue sin duda ninguna más de los aspectos prácticos que de los románticos- lo que les gusta el que el Tour de Francia sea precisamente eso; un Tour, o sea una vuelta, a lo largo de todo el territorio francés. De donde sea a los Campos Elíseos, pasando inevitablemente por Alpes y Pirineos. Nada más.

Y sí, Córcega es Francia y este año no hay ninguna excursión a otros países limítrofes para dotar de mayor exotismo a la salida de este espectáculo. Pero los corredores, simples y conformistas por norma habitual para este tipo de cuestiones, cuando piensan en Francia, lo hacen en la Francia Continental.

Por eso que para muchos este Tour de Francia 2013 en realidad comienza en Niza: el martes, con la disputa de la contrarreloj por equipos. Lo que hay que hacer hasta entonces es salvar el cuello durante estos tres días y tratar de llegar a Niza intactos. Lo que por otra parte, no es misión nada sencilla.

Estos tres días no había mucho que ganar y sí mucho que perder. Y ayer lo comenzamos a ver, a pesar de que las caóticas circunstancias determinaron que no hubiese ningún tipo de diferencias en materia de tiempo entre ninguno de los corredores. En tiempo no, pero sí en experiencias; varios afrontarán la etapa de hoy convalecientes tras haber sido partícipes de las primeras montoneras. Y eso en el caso de que puedan, pues aunque aún no está confirmado, ya parece haber una primera baja en la persona de Tony Martin.

Vienen dos días en los que quienes tienen algo que ganar son los Peter Sagan de la vida

Lo poco que había que ganar ayer era el premio doble del primer día. Poco, pero suficiente para justificar la invitación, como ocurrió con el sprint victorioso de Kittel, el corredor alemán del Argos que el año pasado llegó al Tour con gran ambición y se tuvo que marchar para casa a las primeras de cambio por problemas de salud. Con lo de ayer, ya ha demostrado que las maravillas que se hablan de él no son fantasías. Y luego vienen dos días en los que quienes tienen algo que ganar son los Peter Sagan de la vida. Corredores fuertes y rápidos capaces de pescar en mares tan complicados y con tanta resaca como los que se esperan en las rutas corsas de media montaña. Y por el camino, algún que otro premio menor pero no por ello menos importante, como el protagonismo en las fugas o la guerra por el maillot de lunares rojos del líder de la montaña. Este premio fue ayer para el Euskaltel gracias a la fuga de Lobato; y el catalizador para el espectáculo previo al de los kilómetros finales durante estos dos días será precisamente ese, la cantidad de puntos en juego para esta clasificación que se irán encontrando los corredores por el camino.

Y de hoy, aparte de esto, poco que contar porque se puede resumir todo en una palabra, aunque la realidad es que habría mucho de lo que hablar: caos. Los nervios, la tensión, las caídas y hasta las montoneras de gran volumen, entraban dentro del guion. Ahora bien, lo del autobús fue algo inaudito. Fue entonces –con el atasco de un autobús de equipo en el arco de meta cuando a los corredores les faltaban 10 kilómetros de etapa- cuando comenzó la cascada de improvisaciones que dio lugar al caos más absoluto. Se decidió trasladar la meta a la pancarta de los últimos tres kilómetros, y como consecuencia la zona de seguridad se trasladaba a la pancarta de seis a meta. Se produjo entonces la caída de Contador y compañía a 5 de meta, mientras algunos corredores pensaban estar a tan solo dos…

En fin… lo que ocurrió que al final no fue nada si se fía uno de la clasificación oficial. Pero que fue lo ocurrido, por mucho que algunos se empeñen en interpretar las normas según criterios particulares. Esperemos que dentro de tres semanas no tengamos que estar aun hablando de lo que ocurrió este día…

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