Un casco y muchas sonrisas

Ella lo llamó Graffiti: el fondo negro, como los cascos que habitualmente luce el campeón de MotoGP, Jorge Lorenzo; mucha alegría, en rojos, azules, verdes… como si hubiera descargado la paleta de colores sobre el tapiz de un pintor; y un buen puñado de frases identificativas, todas en inglés, porque ese casco es universal: fino como la mantequilla, constante como el martillo, piensa en positivo, espartanos… Son las frases que identifican al campeón español. Es el casco que diseñó para él Anna Vives, una joven con síndrome de Down creadora de una tipografía que lleva su nombre. Un casco que se vio en el mundo entero, pues lo lució el piloto durante el pasado fin de semana en el GP de Catalunya y con él venció la tercera carrera del año, en Montmeló.

Anna fue la primera en aplaudirle en el parque cerrado. Y mientras el piloto seguía recibiendo las felicitaciones de todo su equipo, ella, la primera tras la valla, le daba golpecitos en la espalda. Luego, cuando su nuevo amigo subió a lo más alto del podio, le pidieron que le acompañara. Y allí estaba ella, feliz, abrazándose al campeón, y emocionando al mundo. El entorno del deportista ha recibido este lunes muchas felicitaciones por el gesto, algunas de gente cercana o del paddock, que tiene familiares también con capacidades diferentes. “Siempre está contenta, es así, siempre ríe, ojalá aprendiéramos más de gente como ella. Solo espero que le haya hecho mucha ilusión compartir conmigo este triunfo”, decía el ganador tras la carrera.

Ahora, ese casco que Anna ideó con la ayuda de Lorenzo y cuyos mensajes están todos escritos con esa tipografía tan característica por la que ha recibido cientos de elogios y gracias a la cual también llegó a un acuerdo con el FC Barcelona, servirá para recaudar fondos para la Fundación Itinerarium, donde ella trabaja. El casco Graffiti by Anna Vives, al que dio forma Roberto Marchioni, más conocido como Starline y que invirtió 40 horas de trabajo para pintarlo, ha salido a subasta este lunes en eBay. La puja durará diez días. Y quien se lo lleve a casa, firmado, claro, colaborará en los proyectos de la fundación destinados a ayudar a personas con síndrome de Down.