La épica del Barça asfixia al Madrid
Los azulgrana fuerzan el quinto partido gracias a su agresividad y rebote Navarro se lesiona y es duda para la batalla definitiva Rudy, eliminado tras una técnica en otro polémico final
El Barcelona rebuscó y encontró en los bajos fondos del juego para forzar, ante un contemplativo y pusilánime Madrid, el quinto partido de la tensa y apasionante final de la Liga Endesa. El Palau a veces es fiel al tópico y se convierte en un infierno. Y el Barcelona forma un bloque que ha ganado más de uno de sus muchos títulos haciendo valer aspectos intangibles que rinden los mayores réditos en ese escenario. La épica, la garra, la agresividad bien entendida y el carácter son también ingredientes decisivos en el juego. Lo fueron en la cuarta entrega. Fríamente mirado, cualquier analista hubiera dicho que el Madrid estaba siendo superior. Pero en el fragor de la batalla supo moverse mejor el Barcelona, superior por fin en el rebote y en el juego interior, pero sobre todo en la gestión de los minutos. El juego entró en efervescencia muy pronto, mediado el tercer cuarto. Fue cuando afloró el Barcelona aguerrido, duro, aplicadísimo en defensa. Dejó al Madrid en 30 puntos en la segunda parte y se anotó una victoria épica.
Barça Regal, 73 - R. Madrid, 62
Barcelona Regal: Marcelinho (11), Navarro (7), Rabaseda (0), Lorbek (11), Tomic (18) —equipo inicial—; Sada (2), Jasikevicius (0), Todorovic (5), Wallace (2), Ingles (0), Mavrokefalidis (10) y Oleson (7).
Real Madrid: Llull (9), Rudy Fernández (8), Suárez (0), Mirotic (6), Begic (4) —equipo inicial-; Draper (7), Felipe Reyes (10), Sergio Rodríguez (6), Carroll (2) y Darden (6).
Parciales: 23-17, 11-15, 15-13 y 24-17.
Árbitros: Hierrezuelo, Conde y García. Eliminado Rudy por cinco faltas.
6.219 espectadores en el Palau Blaugrana. El miércoles se disputará el quinto y definitivo partido en Madrid (22.00, TVE-1/TV3).
En ese pasaje trascendental, el Barça, por unas u otras razones, tuvo en la cancha un quinteto inaudito: Marcelinho, Oleson, Rabaseda, Mavrokefalidis y Todorovic. Y Navarro, lesionado, en el banquillo. Con ese contingente dio el estirón el Barcelona. Mavrokefalidis ejecutó con una ráfaga de tiros cerca de la canasta y decantó el marcador: 61-52. No supo contrarrestar el Madrid en el dramático vaivén posterior.
Uno de los hilos argumentales de la serie es definitivamente emocional. A los triunfos del Madrid ha respondido el Barcelona, despechado en el primer partido y desbordado en el tercero. El del pasado viernes impactó en la línea de flotación del equipo de Xavi Pascual. Los matices adquirieron mayor peso, quedó subrayada su inferioridad en el rebote, su dificultad para defender a Felipe Reyes, el flojo papel de sus bases, sobre todo de Marcelinho, que no tuvo su día, como Tomic, perjudicado por las faltas desde el inicio, y definitivamente hundido físicamente al final y a merced de la muñeca, de repente infalible de Mirotic. Dos días después, todo cambió por completo en el primer cuarto. Tomic maravilló, incansable, infalible, bien asistido y bien acompañado por Lorbek, con el que se alternó en el poste bajo y llevó por la calle de la amargura a Begic y Mirotic. El Barcelona se adueñó del rebote, principalmente del ofensivo. Le administró al Madrid su misma medicina. Cabalgó en el primer cuarto (23-15). No hubo tiros libres en esos 10 primeros minutos y se fallaron un montón de triples.
La segunda unidad del Madrid, con la irrupción de Felipe Reyes, Slaughter y Sergio Rodríguez, cambió el panorama. El ataque del Barcelona, con Sada, Oleson, Ingles, Mavrokefalidis y Todorovic, naufragó. El ritmo de juego se ralentizó. Felipe Reyes volvió a ser un arma letal. Burló a Mavrokefalidis buscando tiros de media distancia y se mostró infalible. Sergio Rodríguez hiló las jugadas metiéndose a menudo en la boca del lobo. Un triplazo suyo, casi sobre la bocina del descanso, dejó el marcador con una diferencia mínima: 34-32.
El Madrid le planteó serias dificultades al Barcelona, que se atascó en ocasiones ante la defensa en zona o mixta que ordenó Laso y se vio por momentos sorprendido por jugadores como Draper o Darden. Pero el Barcelona, pese a los gatillazos de Jasikevicius, Wallace e Ingles, optimizó sus recursos. Sus pívots arrasaron con 44 puntos entre un tremendo Tomic, autor de 18 puntos y 11 rebotes, Lorbek y las inestimables aportaciones de Mavrokefalidis y Todorovic.
El Barcelona capturó 13 rebotes más que el Madrid. Naufragó en los triples el equipo madridista, con un 3 de 18, y careció del temple y la agresividad de su rival para aprovechar una ocasión de oro para haber sentenciado la Liga. Llegó a situarse a dos puntos, 63-61, a falta de dos minutos, pero acabó de destemplarse instantes después cuando los árbitros señalaron banda para el Barcelona en un balón que había dado en Tomic. Rudy Fernández protestó y los árbitros le castigaron con una técnica que suponía su eliminación. El Barcelona no perdonó y forzó el quinto y definitivo partido, el miércoles en Madrid (22.00, TVE1 y TV-3) en el que será vital saber en qué condiciones llegará Navarro, aunque su equipo supo ganar sin él en el último tramo.
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