“Hay que jugar bien”

Coinciden los protagonistas de algunas de aquellas remontadas que amplificaron la leyenda europea del Madrid y del Bernabéu que hay un punto vital en el decálogo de Juanito que ahora es complicado de repetir: la intimidación al rival y al árbitro. Imágenes como una entrada durísima de Chendo al interista Fanna al minuto de juego, en 1986, y Gallego sacándole del campo mientras estaba en el suelo se antojan complicadas de reproducirse. También coinciden los cuestionados que, de esas directrices que marcaban los pasos a seguir para crear un contexto propicio en la hierba y en las gradas, hay una que está por encima de todas: jugar bien al fútbol.

“Hay que presionar y jugar al límite, pero esa clase de remontadas exigen la calidad individual de los mejores. Tienen que aparecer en todo su esplendor Cristiano, Özil y Benzema”, conviene Santillana, goleador en noches ya legendarias y emocionales para el madridismo como la del Derby County, las del Inter de Milán o la última y quizá la más épica de todas, la lograda ante el Borussia Mönchengladbach de la Copa de la UEFA 85-86 (4-0). “Hoy sería imposible hacer ese tipo de entradas al principio del partido o de rodear al árbitro en grupo sin ver tarjeta. En Europa, los arbitrajes de entonces le permitían al de casa jugar con dureza. Cuando nosotros encajábamos goleadas en los partidos de ida también era porque el árbitro permitía a los de casa intimidarnos y jugar duro. El fútbol ha cambiado mucho en ese aspecto, ahora es difícil que un colegiado permita lo que se permitía antes”, prosigue Santillana.

“Todas las grandes remontadas tuvieron su parte física y agresiva, pero solo con intimidación no se ganaron. Hay que jugar muy bien al fútbol”, matiza Mariano García Remón, guardián de la portería en marzo de 1980 ante el Celtic de Glasgow en los cuartos de la Copa de Europa (3-0, tras perder 2-0 en Escocia).

“Ahora, en el fútbol se protege más al atacante. Antes la carga de agresividad era superior, muchas entradas eran escalofriantes, pero el campo sigue siendo rectangular, se juega 11 contra 11 y la pelota sigue siendo redonda. Lo importante es el acierto que tengas, no el arbitraje. Lo esencial es dejar toda la energía en el campo”, asegura Amancio Amaro, que no marcó ante el Derby County (4-1 en la ida y 5-1 en la vuelta), pero cuyos caracoleos hicieron estragos en la defensa inglesa. Bajo la dirección técnica de Amancio se produjo la proeza ante el Anderlecht en los octavos de la UEFA de 1984-85 (3-0 y 6-1), de la que fue partícipe el alemán Uli Stielike, además de las semifinales ante el Inter de Milán de esa misma edición (2-0 y 3-0). “Con 20 cámaras en el campo y con la vigilancia que ahora prestan los árbitros a ese tipo de acciones es mucho más difícil que puedas asustar al rival con entradas duras o protestas”, advierte Stielike.

En la memoria del madridismo, la figura de Juanito se agranda cuando rememora esas citas. Futbolista que vivía de la genialidad, casi nunca falló. Ni con los pies ni con esas descargas emocionales que encendían al Bernabéu. ¿Pero quién hace de Juanito en el actual Real Madrid? “Por carácter, Juan es irremplazable. Pero además hacía de todo por todo el ataque. Es lo que tiene que hacer Cristiano. Las goleadas requieren cierto desorden dentro de un orden. Özil, que también tiene que aparecer, no puede tocar solo seis balones como en Dortmund”, avisa García Remón. “Esos días Juan driblaba por la derecha, por la izquierda, se le veía muy mentalizado en cada acción técnica. Si sacaba una falta, lo hacía rápido y con precisión. Alguna incluso con el exterior del pie”, rememora Santillana.

Juanito hacía de todo por todo el ataque, lo que debe hacer CR”, comenta García Remón

“La duda que yo tengo es quién hay ahora que pueda hacer de Juanito. Iker es el símbolo y lo está intentando con sus declaraciones, pero no jugará. No veo esa figura que sea el punto de unión como podían serlo Pirri y luego Camacho, Santillana. Los días previos son de mucho acercamiento en torno a esa clase de futbolistas”, incide García Remón. “Yo no conozco a un jugador que haya hecho solo una remontada de ese estilo. Tiene que haber un líder en cada una de las líneas. Para mí serían Ramos atrás, Alonso en el medio, Özil en la mediapunta y Cristiano arriba”. “¿El Juanito actual? Yo no personalizaría en uno solo. Ese espíritu lo puede encarnar la columna vertebral del equipo: Sergio Ramos, Xabi Alonso y Cristiano. Ellos son el eje, son los que pueden transmitir ese calor a la grada”, refrenda Amancio.

“Es una cuestión de todo el equipo, aunque los mejores como Cristiano u Özil tengan que aparecer para marcar las diferencias”, concluye Pirri.