Saric hechiza al Palau
Un recital del meta del Barça propicia la remontada azulgrana ante el Atlético (32-24) y sella el pase a la Final a Cuatro
De rodillas. Después de repeler el decimonoveno balón de la tarde, Daniel Saric agita los brazos poseído de la magia de un Palau al que acaba de hechizar durante 60 minutos. Las manos del meta bosnio fueron el punto de partida sobre el que el Barcelona construyó la remontada europea que, sí, también le faltaba a este equipo, tricampeón de Liga. Necesitaban dar la vuelta a cinco goles los azulgrana y se desquitaron con una renta de ocho, que bien vale el pase a la Final a Cuatro de Colonia (1 y 2 de junio).
Clamaba la grada que el Palau fuese una misma voz y esta se encarnó en el meta bosnio, que se refugió en la portería como lo hiciese en un búnker en Doboj durante la guerra. Una actuación memorable, despejando balones hasta con la cara. Pocos como Saric han amargado tanto a los de Dujshebaev los últimos años. "La próxima vez que le den una pastillita", dijo, sin mala intención, el técnico, desesperado al final del encuentro. 26 paradas del meta les privaron de la Copa de Europa hace dos años y otras 19 dejaron a los rojiblancos sin Liga el curso pasado en el decisivo acto del Palau, un escenario monumental, que volvió a ejercer el influjo de las noches del dream team, para llevar en volandas a los de Xavi Pascual. "Hay partidos que no te dan un título pero te marcan. Y este marcará a todos los que han estado en el Palau", se felicitó Pasqui.
BARCELONA 32 ATLÉTICO, 24
Barcelona: Saric; Juanín (4, 1p), Tomàs (4), Gurbindo, Jernemyr, Rutenka (11, 3p) —siete inicial—, Sterbik (p.s.); Noddesbo, Sorhaindo (1), Sarmiento (1), Montoro (4), Aguirrezabalaga, Stranovsky, Rocas (1), Morros, Entrerríos (4) y Gurbindo (2).
Atlético: Hombrados; Kallman (1), Aginagalde, (11, 2p), Parrondo, Cañellas (1), Balic (2) —siete inicial—, Dahl (p.s.); Edu Fernández, Ferrer, Romero, Davis (1), Jurkiewicz, Gojun, Masachs (1) y Lazarov (7, 3p).
Parciales cada cinco minutos: 2-1, 4-3, 11-3, 13-6, 15-9 —primera parte—, 17-11, 20-11, 22-15, 24-18, 28-21, 32-24.
Árbitros: Geipel y Helbig (Alemania). Excluyeron a Aginagalde, Gojun, Ferrer, Jernemyr y Víctor Tomàs.
6.521 espectadores en el Palau Blaugrana.
El meta cuajó una soberbia primera parte con una efectividad del 55%. 11 paradas que lanzaron a su equipo, sustentado en ataque por el misil de Rutenka, con unos primeros 30 minutos inversamente proporcionales a los que tuvo en Vistalegre. La monumental defensa, agresiva, al límite del reglamento, que lideraron Sorhaindo y Jernemyr, secó al Atlético. Ya en el minuto 15 el Barça había igualado la eliminatoria (8-3) y seis minutos después se había disparado hasta un escandaloso 12-3, una tiritona de la que los rojiblancos no consiguieron despojarse ya.
Cuando el repaso era un hecho, sin rastro de Hombrados —dos paradas en 30 minutos—, anulado Cañellas, el Atlético se encomendó a los únicos jugadores capaces de frenar el atropello azulgrana. La dupla Balic-Aginagalde consiguió minimizar los daños y parar la hemorragia del luminoso hasta rebajar a seis goles la diferencia en el intermedio.
Una simple tirita, pues los azulgrana terminaron por desangrar a un Atlético incapaz de lograr lo imposible, carente de fuerza, de garra, un mero espectador, entregado al recital de su eterno rival, que llegó a tener 11 goles de ventaja (22-11). Solo las manos de Aginagalde —11 de 11 en el lanzamiento— mantuvieron mínimamente vivo al Atlético. Fue el único capaz de perforar el muro que había tapiado Saric. Una actuación que vale el pase a la Final a Cuatro, donde podría medirse al Kiel, que se deshizo del Veszprem. Hamburgo y Kielce parten hoy con ventaja ante el Flensburg y el Metalurg, respectivamente, por las otras dos plazas. Fue precisamente ante el Kiel, en 2005, cuando el templo del Palau vivió la ya penúltima remontada de cinco goles del Barça.
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