Herederos de la filosofía Cobas

—Yo me arranco, que soy el rarito del grupo, porque hablo raro y vengo de otro sitio: llegué a trabajar con Cobas y tuve la mala suerte de que la primera persona que me presentaron en Barcelona fue Ramon Forcada. Me subió en un R6 y me cagué de miedo. Pensé que si aquel día no me pasaba nada, no me pasaría nunca más. Y por eso llevo 25 años aquí, ríe Antonio Jiménez.

—¡Pero si aquel R6 iba a 130km/h en bajada!, le responde Forcada.

—Además, eran las nueve de la mañana y venía de alguna discoteca. Cuando llegué a Vilasar yo ya olía a gin-tonic.

—Hace algún tiempo de esto.

—Al cabo de un año llegó Ramon, Aurín. Fue la primera temporada que hicimos con Aspar. Entonces empezamos a trabajar con la telemetría.

—En esa época yo estaba en octavo de EGB y Santi tomaba la comunión, cierra Juan Martínez.

La sucesión de anécdotas no tiene fin. Se cortan unos a otros, se increpan, de buen rollo, se carcajean. Apenas son capaces de posar para una foto, no aciertan a ponerse serios. Son cinco de los técnicos que marcan la pauta en MotoGP, sus vidas están interrelacionadas, trabajaron juntos en sus inicios; todos son o han sido jefes de mecánicos —la excepción hoy es Aurín, que fue ingeniero de pista de Dovizioso y ahora es el telemétrico de Pedrosa (Honda)—, todos son españoles o formados profesionalmente en España —caso de Jiménez, nacido en Bélgica y jefe de mecánicos de Bautista (Honda Gresini)—, todos fueron antes técnicos de suspensiones de Showa —salvo Aurín—, y todos son herederos de la filosofía y la manera de hacer de Antonio Cobas. Cobas, fallecido en el 2004 a los 52 años, fue un genio, un revolucionario, un adelantado a su tiempo, dicen. Cobas, que hizo campeones a Sito Pons o Alex Crivillé, ideó el chasis doble viga de aluminio (Deltabox) que hoy usan todas las motos de la parrilla de MotoGP; los japoneses le copiaron en eso. Y también le siguieron en su empeño por hacer de los datos de telemetría una biblia sobre la que asentar el trabajo de puesta a punto de las motos. Y con Cobas trabajaron en sus inicios todos ellos, a excepción de Santi Hernández, el jefe de mecánicos de Márquez. Los cinco son herederos de la filosofía Cobas.

Todos son o han sido jefes de mecánicos; hoy trabajan con Lorenzo, Pedrosa...

“De él heredamos el método de trabajo, la forma de resolver las situaciones, de hacer los entrenamientos”, explica Ramon Aurín (Castelldefels, 1965). “Nos dio ganas de aprender. Cuando tienes la oportunidad de trabajar con alguien así sacas mucho de la experiencia”, añade Antonio Jiménez (Lieja, 1963). “Que fuese innovador significaba que no había nada imposible. Parecía que lo que dijera Honda fuera palabra de Dios. Y él pensaba que tenían razón hasta que otro se la quitaba. Te enseñaba que no eran infalibles. Te ayudaba a tener descaro. Supongo que eso es lo que aprendimos todos de él”, reflexiona Ramon Forcada (Moià, 1957), jefe de mecánicos de Lorenzo (Yamaha). “El hecho de que haya una persona, como fue Cobas, que se convierte en la referencia, hace ver al resto que sí se puede. Como ocurre en las familias, donde los hermanos mayores van abriendo la puerta a los pequeños. Eso nos pasó a nosotros. Él fue capaz de plantarles cara a Honda o a Yamaha y decirles ‘nosotros también sabemos hacerlo’. Nos quitó los complejos”, apunta Juan Martínez (Mollet del Vallés, 1973), ingeniero de pista de Nicky Hayden (Ducati). Y el último en unirse al grupo, Santi Hernández (Santa Coloma, 1975), concluye: “Para mí ha sido todo más fácil, el camino que trazó primero Antonio y luego ellos me ha dado la posibilidad de estar aquí”.