Karen Muir, la sirena más precoz

Cuando Karen Muir (Kimberley, Sudáfrica, 1952) batió un récord del mundo de natación con tan solo 12 años, todo hacía presagiar que se convertiría en una de las nadadoras más grandes de la historia. Su precocidad no tenía precedentes en aquellos momentos, y actualmente nadie ha pulverizado una plusmarca mundial de cualquier deporte con menos edad. Sin embargo, y aunque la niña-deportista superó su propio registro en 15 ocasiones más, Muir no tuvo la oportunidad de competir al más alto nivel. El culpable: el apartheid.

En 1965 se celebró el Campeonato del Mundo Junior de natación en la localidad inglesa de Blackpool. Karen Muir nadó los 100 metros espalda en 1m 8,7s, todo un logro, y más si se tiene en cuenta la corta edad de la nadadora.

La carrera de Muir no se prolongó demasiado, dejó las piscinas antes de cumplir los 18 para centrarse en sus estudios de medicina. A pesar de su corta trayectoria, la nadadora fue incluida en el Salón de la Fama de Natación en 1980.

Sin duda, en su prematura retirada influyó el boicot deportivo que sufrió Sudáfrica. Los distintos organismos de competición fueron sancionando al país por su política racista del apartheid. Sudáfrica también fue excluida de la Federación Internacional de Natación (FINA), pero en 1973, con lo que las marcas de Muir sí pudieron ser homologadas. Sin embargo, la joven nadadora nunca pudo participar en unos Juegos Olímpico, ya que el Comité Olímpico Internacional excluyó a su país a principios de los sesenta. Sanción que perduró hasta 1994.

Muir no se planteó la opción de cambiar de nacionalidad como hicieron otros compatriotas suyos, que decidieron competir para otro Estado para tener la opción de participar en Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales. La nadadora ejerció la medicina en Sudáfrica y en Canadá. Murió el 1 de abril tras una larga batalla contra el cáncer de pecho.