Mourinho tensa la cuerda del Chelsea
El entrenador no descarta continuar en el Madrid otra temporada si Abramovich, el dueño del club de Londres, sigue negándole el poder absoluto para fichar y traspasar jugadores
La oferta que José Mourinho esperaba desde octubre llegó la última semana de marzo. Por fin, después de meses de trabajo, de viajes a Londres, de reuniones con los emisarios del magnate ruso Roman Abramovich para intentar convencerlos de la oportunidad del proyecto que encabeza, el Chelsea le formalizó un contrato y se lo remitió para que estampe su firma. Los papeles, sin embargo, contenían una sorpresa. Según fuentes de Gestifute, la empresa que preside el agente del técnico, Jorge Mendes, el contrato que redactó el Chelsea prevé que la última palabra en materia de fichajes la tendrá el club, despojando a Mourinho de la función de mánager general que esperaba desempeñar en Londres.
El descubrimiento de que Abramovich le quiere solo para entrenar decepcionó a Mourinho, que ambiciona desde hace tiempo ocupar lugares próximos a la dirección para intervenir directamente en el mercado. En Gestifute aseguran que el mánager madridista ha preferido no firmar nada y esperar sin dar una respuesta. Si puede ganar el suficiente tiempo, estima que un triunfo en la Champions le brindará la palanca necesaria para reclamarle a Abramovich el poder que le escamotea.
Florentino Pérez le ha dicho que quiere que cumpla su contrato, que finaliza en 2016
Jorge Mendes trabajó ofertas para su cliente en la Premier desde el otoño. Se reunió en Inglaterra con emisarios de Abramovich y con responsables del Manchester City y el Manchester United. Ante la reticencia que observó en sus interlocutores, y puesto que ni el City ni el United le dieron esperanzas de contratar a Mourinho para la próxima temporada, el agente recomendó a su cliente que se implicase personalmente para convencer al esquivo Abramovich.
Mourinho viajó dos veces a Londres desde las Navidades para explicar él mismo su proyecto a los representantes del Chelsea. Les comunicó que su prioridad es dejar el Madrid el próximo verano pero que necesita plena autonomía para confeccionar la plantilla y definir la estrategia de la sociedad. Los enviados de Abramovich le dijeron que estudiarían su propuesta pero le advirtieron de que también seguían a otros entrenadores puesto que al dueño del club no le convencía del todo el fútbol que practica el Madrid. Hasta el mes pasado no movieron ficha. La oferta del Chelsea es, junto con la del PSG, la única que ha tenido Mourinho en los últimos meses.
El técnico está conforme con la oferta económica de Abramovich: si obtiene su carta de libertad en junio el Chelsea le garantiza cobrar extras en forma de premios, además del sueldo; si el Madrid ejerce su derecho a pedirle que cumpla el contrato en vigor y pide dinero por traspasarle, se quedará sin los extras. En cualquier caso, el salario base que el Chelsea pretende pagar a Mourinho no supera los cerca de 10 millones de euros netos que cobra en Chamartín.
Ninguno ha utilizado mejor que Mourinho el prestigio de la 'Champions' para lograr sus objetivos particulares y la presente edición del torneo no es una excepción
Resuelta la parte crematística del contrato tal y como esperaba, a Mourinho le disgusta que el propietario del Chelsea sólo confíe en él para entrenar al equipo, brindándole una capacidad muy limitada para influir en aspectos estratégicos. Según el entorno de Gestifute, algunos emisarios de Abramovich se pusieron en contacto con Mendes para explicarle la postura de su jefe. El ruso se resiste a dar a Mourinho libertad para fichar por temor a que se repitan episodios como el de Andry Shevchenko. El dueño del Chelsea considera que durante su etapa en el club, entre 2004 y 2007, Mourinho hizo distinciones injustificadas entre los jugadores que fichaba él, principalmente a través de Mendes, y los que fichaba el club. El caso más llamativo fue el de Shevchenko, un Balón de Oro contratado personalmente por Abramovich a quien Mourinho concedió un papel irrelevante. Dicen en Gestifute que Abramovich cree que el técnico no supo cuidar el patrimonio del club ni en el Chelsea ni en el Madrid, en donde ponen como ejemplo la actual marginación de Kaká.
El técnico portugués espera que un triunfo en la 'Champions' refuerce su posición
La idea de Florentino Pérez no dista mucho de la de Abramovich. El presidente del Madrid le ha comunicado a Mourinho su interés en que cumpla su contrato, que acaba en 2016, pero desearía controlar mejor la elección de jugadores. Desde que llegó Mourinho en 2010 el Madrid no contrató a ninguno de los 15 futbolistas que incorporó a la plantilla sin el visto bueno del técnico. Solo hubo cuatro fichajes que no se hicieron por iniciativa del portugués —si bien dio su consentimiento para cerrar las operaciones—: Sergio Canales, Pedro León, Nuri Sahin y Raphaël Varane. Los tres primeros dejaron el club al cabo de pasar un año orillados. Solo Varane ha cumplido más de una temporada. El francés ha acordado negociar con Mendes para que lo represente en el futuro.
Por ahora, la postura de Mourinho parece firme: quiere marcharse. Sólo se detendrá a contemplar su permanencia en España si el Madrid le da plenos poderes para despedir y contratar a quien quiera, y siempre y cuando el Chelsea le siga negando potestades de mánager. En igualdad de condiciones, preferiría irse a Londres.
No hay entrenador en el mundo que sepa rentabilizar los títulos como Mourinho. Ninguno ha utilizado mejor el prestigio de la Champions para lograr sus objetivos particulares y la presente edición del torneo no es una excepción. Como en 2004. Como en 2010. Hoy la Champions marcará los ritmos de la negociación y determinará la fuerza de Mourinho para imponer sus deseos.
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