Espargaró, in extremis

Lo suyo fue una sesión repleta de gestos, de manotazos, de golpes de cabeza, de malas caras, por los lamentos, la desesperación, la exigencia, que culminó con una mano sacudida al viento para expresar lo increíble de aquella remontada. Pol Espargaró se sacó de la chistera cuatro preciosas décimas, esas que le separaban a falta de recorrer las últimas curvas del trazado de Losail del líder de la clasificación, Nakagami. Y lo hizo en un suspiro, en el último intento, cuando la bandera a cuadros ya marcaba el final de la sesión. Y lo hizo buscando los límites, tanto que no podía creerse lo que había hecho al superar la meta y comprobar que sí, que había conseguido la pole, la primera de la temporada, una temporada en la que está llamado a ser el ganador de Moto2.

Por eso, porque se sabe el favorito, perdió un poco los nervios durante la sesión de clasificación de este sábado. Una caída a falta de 39 minutos para el final tuvo la culpa. Había tiempo suficiente para reponerse, pues no se lastimó, pero su moto se dio un pequeño paseo por la escapatoria y golpeó fuertemente contra el suelo, de modo que no estaría en perfecto estado. Cuando se cayó rodaba en segunda posición. Devolvió su moto al taller y hizo trabajar a toda prisa a sus mecánicos. Regresó a la pista algo aturdido, mareado tras la caída, y parecía costarle recuperar las buenas sensaciones. Pero lo hizo. En una última vuelta brillante. Recuperada la calma. Y a rebufo de la moto de Zarco (14º clasificado). Así fue como plantó cara a la competencia y a sus propios nervios en el estreno de este 2013.

La primera fila la completarán Nakagami, que no podía creerse como se le había escapado el primer tiempo en una sesión que dominó de principio a fin, tan competitivo como ha estado durante un fin de semana en el que ha presentado su candidatura para retar a Espargaró, y Kallio, un superviviente, de nuevo en las posiciones delanteras como ya hizo el año pasado, en el que terminó sexto en el Mundial.