El Levante vuelve a sus orígenes
La capacidad para competir de los de JIM termina por derrotar (1-0) a un Sevilla sin juego ni eficacia
No es porque no mereciera el empate, que lo mereció. Sobre todo cuando Negredo, especialista en goles difíciles, falló una ocasión en el área pequeña tras la enésima demostración de Navas. También cuando el propio Negredo, en el alargue, disparó sobre el pecho de Munúa. Lo que el Sevilla debe preguntarse es cómo un Levante muy disminuido por las bajas y sin nombres de relevancia le superó durante buena parte del partido para acabar llevándose el triunfo. Será de justicia, entonces, alabar las cualidades del Levante y de su entrenador, Juan Ignacio Martínez, un conjunto de limitado presupuesto y una magnífica capacidad para competir.
LEVANTE, 1; SEVILLA, 0
Levante: Munúa; Lell, Vyntra, David Navarro, Juanfran; Iborra, Diop; Pedro Ríos (Rodas, m. 90), Míchel (Juanlu, m. 77), Rubén García; y Aquafresca (Roger, m. 85). No utilizados: Keylor; Nikos y Dudka.
Sevilla: Beto; Coke (Cicinho, m. 71), Fazio, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Maduro (Medel, m. 46), Kondogbia (Babá, m. 55); Navas, Rakitic, Reyes; y Negredo. No utilizados: Palop; Cala, Botía y Manu.
Goles: 1-0. M. 40. Rubén García.
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes. Amonestó a Vyntra, Fernando Navarro, David Navarro, Negredo, Pedro Ríos,
Ciutat de Valencia. Unos 12.000 espectadores.
Anda el Sevilla en un complicado proceso de transformación liderado por Unai Emery. Mientras se orienta y busca reverdecer laureles, bien podría fijarse en este Levante, un equipo con mucho orgullo, sin grandes nombres y con ganas de competir siempre. Un Levante al que le venden a su delantero Martins y sobrevive con una dignidad a prueba de bomba. Un equipo intenso, capaz de sufrir y luego, sin mostrar nada del otro mundo, asestarle una puñalada a su rival. Un grupo con las ideas claras que mantiene su nivel a pesar de las bajas, algunas de la importancia de Ballesteros o Barkero.
Resulta tristemente llamativo el Sevilla en su rendimiento. Tan fuerte en casa como débil fuera de las gradas del Ramón Sánchez Pizjuán. En definitiva, un ejemplo de irregularidad que, de forma lógica, lo conduce a la mediocridad al ser incapaz de encadenar dos triunfos seguidos. En realidad el Sevilla es un quiero y no puedo. Un comienzo de partido para la esperanza y luego, demasiado tiempo, una nulidad casi plena. Sostenido solo por los arreones de Navas, una pincelada de Rakitic y poco más. También porque Negredo no tuvo su día. Un caso curioso el del delantero del Sevilla, capaz de hacer goles impensables y de fallar lo que no puede fallar, como le ocurrió ante el Levante. Aun así, es vital para el conjunto andaluz.
El Sevilla dominó en el inicio del encuentro y gozó de dos buenas ocasiones. La intensidad andaluza duró 15 minutos, los que tardó el Levante en entrar en el encuentro. Tras un fallo de Maduro, Rubén García sorprendió a Beto desde lejos. Un gol que bastó al Levante para romper una racha negativa de siete choques sin ganar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.