Todo abierto para Moscú
Ni el Levante ni el Rubin concretan sus ocasiones tras jugar con 10 la segunda parte
Orbaiz y Barkero se marcharon abrazados del Ciutat de València, conversando sobre el partido y recuperando de paso esa vieja amistad nacida hace 14 años en Nigeria, en el Mundial juvenil conquistado por España. Los dos, a su manera, protagonizaron el encuentro: Barkero puso la clase para dirigir la ambición granota, frustrada unas veces por los palos y otras por el portero Ryzhikov. Orbaiz puso el orden y la firmeza de un equipo, el Rubin, muy difícil de quebrar, como sufrió el Atlético en la ronda anterior. El Levante se vació en un ataque por oleadas correspondido en la última fase por un Rubin más fresco. Todo abierto para la vuelta de la próxima semana en Moscú, sin apenas público y con dos zagueros sancionados en el cuadro ruso: Ansaldi y el español César Navas.
El valor de un centro. Siguiendo la pista de un pase raso de Barkero, Pedro López alcanzó la línea de fondo. Entonces esperó el momento justo para centrar. No de cualquier modo, sino con delicadeza: picando bien abajo para que la pelota se elevara por encima del portero ruso y cayera al segundo palo, un envío perfecto a la cabeza de Míchel. El media punta picó con potencia abajo. El cuerpo del meta Ryzhikov se encontró con el cuero. Y después lo desvió de un manotazo, justo a tiempo.
Levante, 0 - Rubin Kazán, 0
Levante: Keylor Navas; Pedro López, Ballesteros, David Navarro, Juanfran; Barkero, Diop (Pedro Ríos, m. 68), Iborra, Rubén (Juanlu, m. 79); Míchel; y Martins. No utilizados: Munúa; Karabelas, H. Rodas, Valdo y Acquafresca.
Rubin Kazán: Ryzhikov; Kuzmin, Sharonov, Marcano, Ansaldi; Orbaiz, Natcho; Kasaev (Kaleshin, m. 52), Roman Eremenko, Karadeniz; y Rondón (Dyadyun, m. 84). No utilizados: Arlauskis; Kislyak, Töre y Alexei Eremenko.
Árbitro: Antony Gautier. Expulsó a Ansaldi (m. 55) en el Rubin por doble tarjeta amarilla y a Míchel en el Levante con tarjeta roja directa (57). Amonestó a Roman Eremenko, Sharonov, Marcano y Juanfran.
Unos 15.000 espectadores en el estadio Ciutat de València.
El Levante eligió los tiempos, reservando la emoción para el principio y para el final de la primera parte. Entre medias, la imprecisión y el tedio. JIM no escatimó recursos creativos: Míchel, Rubén y Barkero.
Para el Levante, el Rubin era como mirarse en el espejo, conjunto aguerrido, solidario y sin licencias para el contrario. Aunque sin desplegarse apenas en ataque: Rondón fue un Crusoe hasta el último instante.
Como si se hubieran puesto de acuerdo para disponer de más espacios, en casi todo el segundo tiempo se jugó 10 contra 10. Primero por un exceso del lateral izquierdo Ansaldi, pasado de frenada en el choque con Ballesteros. La superioridad numérica del Levante la estropeó Míchel. Su feo plantillazo a Karadeniz no venía a cuento. Una roja merecida que dejó las fuerzas otra vez igualadas. Las desequilibró Barkero cada vez que entró en escena con un surtido de pases interiores muy variados. JIM corría la banda con entusiasmo. Y atizó el fuego con la entrada de Pedro Ríos por el carril derecho. Su espectacular pared con Martins despertó de nuevo al Ciutat de València, anulada la jugada por el cuerpo de Kuzmin deslizándose por el suelo.
El Rubin se reservó en su campo hasta el minuto 80. Tras un error en la entrega de Juanfran, Rondón cabeceó bombeado al larguero. Y Natxo envió un zurdazo al palo. Fundido Barkero, el Rubin se desmelenó en ese último cuarto. También sin éxito. Les espera un choque igual de intenso en Moscú, que volverá a juntar a dos viejos amigos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.